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Los Doce apoyan facilitar despidos y congelar salarios para vencer la crisis

La reactivación de las economías europeas sólo se producirá si aumenta la flexibilidad laboral (es decir, si se facilita el despido) y se refuerza la contención de los salarios. A esta conclusión llegaron ayer en Edimburgo los 12 ministros de Economía de la CE, que se reunieron simultáneamente a los jefes de Estado y de Gobierno y acordaron la creación de un fondo de inversión para superar la crisis. No obstante, el auténtico revulsivo para el marasmo europeo fue la propuesta de una severa política laboral.

Los jefes de Estado y de Gobierno no consiguieron salir de ninguno de los dos avisperos, el danés y el presupuestario, que amenazan el propio futuro de la Comunidad y, al decir de muchos, el número de socios del club comunitario. De hecho, el eje franco alemán y España ya hablan abiertamente de que, si no hay acuerdo en Edimburgo sobre la rápida ratificación del, Tratado de Maastricht, habrá que empezar a funcionar como si la CE tuviera 10 socios, excluyendo a Dinamarca y al Reino Unido.La cumbre, que finaliza hoy, está ignorando todos los problemas para los que no cuenta con posibilidades de obtener acuerdos rápidos y claros. Los ministros de Economía apenas trataron la situación del Sistema Monetario Europeo, atacado de nuevo ayer por la desvinculación de la corona noruega y por nuevos embates especulativos contra el franco francés. Tampoco hablaron del compromiso de Washington sobre oleaginosas y subvenciones agrarias europeas que debe, en teoría, desbloquear la Ronda Uruguay del GATT y proporcionar una inyección de euforia en la economía mundial.

Los dos grandes problemas de la agenda seguían totalmente abiertos a última hora de la tarde de ayer, a pesar de los signos de optimismo prodigados durante la jornada por el ministro de Exteriores danés, Uffe Ellemann-Jensen, quien considera al alcance de la mano el acuerdo sobre la fórmula de participación especial de su país. en la Unión Europea. Su primer ministro, Poul Schlüter, aseguró que si hay un segundo no a Maastricht (tras el del 2 de junio), su país tendría que abandonar la CE. "No habrá una tercera vez", concluyó.

Tampoco estaba totalmente despejada la cuestión económica. El paquete Delors II, o perspectivas Financieras de la Comunidad, fue objeto de una oferta de última hora del Reino Unido, que sirve para satisfacer parcialmente y sobre el papel las reivindicaciones de España sobre el polémico fondo de cohesión, pero que ofende las concepciones sobre Europa del Gobierno de Felipe González.

Este, por otra parte, juega al todo o nada: sólo aceptará un acuerdo global sobre todo el paquete de problemas y rechazará compromisos parciales sobre temas concretos.

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