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El iraní Zolfagari, vinculado al mayor alijo de heroína decomisado en España

El iraní Mohamed Zolfagari, el Gorila, detenido el pasado miércoles en Madrid, está considerado por la policía como uno de los más importantes traficantes de droga que operan en España. Dicho individuo estaba siendo investigado desde hace meses por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su presunta relación con un alijo de 122 kilos de heroína, decomisado el pasado mes de marzo en La Jonquera (Gerona), que es el mayor interceptado hasta ahora.La Sección de Estupefacientes de la Brigada Judicial de Madrid estima que ha decapitado una importante red de narcotraficantes, tras la captura de Zolfagari y otras ocho personas en cuyo poder fueron decomisados 30,4 kilos de heroína turca de gran pureza (ver EL PAÍS de ayer).

Además del capo iraní, ha sido detenidos sus compatriotas Bahram Shahin Faz, Mansour Niavarani y Abdola Hosseindoust, junto con el iraquí Ahmad Yalal, el griego Ali Zandi y los españoles Juan Carlos Suescun Verdugo, María Luisa Arrabal Fernández y Juan José Algaz Marín.

Hombre de confianza

El último citado actuaba como hombre de confianza del dirigente del grupo, según la policía.Las investigaciones se centraron en un piso del número 91 de la calle de Hermosilla, de Madrid, "donde la organización se reunía por considerarlo un lugar seguro" para sus actividades, según la misma fuente. Los agentes localizaron un coche Wolkswagen Polo, donde los traficantes ocultaban la droga y al que acudían cada vez que hacían una venta a otros camellos del escalón intermedio (siempre cantidades superiores a un kilo).

Droga oculta en un coche

En este automóvil fueron hallados 30 kilos de heroína, mientras que en la casa de Suescun y Arrabal, en la localidad madrileña de Aranjuez, se encontraron 400 gramos.Zolfagari era investigado desde hace meses por el juez Baltasar Garzón por su presunta vinculación con el alijo de 120 kilos de heroína decomisado por la policía el pasado 15 de marzo en el doble fondo del depósito de combustible de un camión, en la aduana de La Jonquera.

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El Gorila, que solicitó el estatuto de refugiado en 1991, ya fue detenido en 1989 por su relación con ocho kilos de heroína y 28 de hachís. Pero la Audiencia de Madrid le absolvió al invalidar las pruebas existentes contra él porque uno de los registros domiciliarios fue hecho por la policía sin estar presente el secretario del juzgado.

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