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Balance positivo

Con los 11 artistas que han defendido la música española, entre los 584 de todo el mundo que han actuado durante seis días en 33 salas de Nueva York, se cierra un plan trienal que promovido especialmente por la Sociedad General de Autores, ha pretendido mostrar la realidad musical española en los principales foros del mundo. El balance no puede por menos que considerarse positivo, gracias en primer lugar a los músicos, y al empuje de Eduardo Bautista, que debería hacer reflexionar a otros organismos oficiales. Un ejemplo: en el New Music Seminar de 1991, la representación musical francesa llegó avalada por el ministro de Cultura, Jacques Lang. La única representación del ministerio español este año, con la música española como protagonista, ha sido la presencia de Elena de Juan García, jefa de la sección de acción e infraestructuras musicales, lo que muestra el desinterés oficial hacia la música popular urbana española.

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A pesar de esta falta de sensibilidad oficial, los músicos españoles, continúan intentando lo que parece imposible, a veces con la brillantez de iniciativas paralelas como la presentación en el certamen neoyorquino del tercer número de la revista La Caña, una magnífica publicación sobre flamenco que ha editado un número bilingüe para el certamen y que se ha repartido a los 10.000 asistentes al Seminar, o con la publicación de discos compactos especiales sobre los artistas españoles, que también se han ofrecido gratuitamente a los profesionales o extranjeros. Y la música española, se ha comprobado en estos tres años de apoyo, está en su punto de mira.

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