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Un fenómeno tejano

Antonio Caño

Estamos en Tejas. En el West End de Dallas, los muchachos se entretienen en la noche demostrando su virilidad en una infernal máquina giratoria de la que bajan vomitando, mientras otros consumen cervezas en un bar adornado con un enorme oso disecado, y otros, desde una discoteca, lanzan gritos que apagan la música del local y hacen reír a las rubias poderosas que dominan las riendas de sus coches de caballos.Las mujeres saben bailar todavía con los pasitos alegres que sus. abuelas practicaron en las cantinas, y los jóvenes suelen fruncir el ceño bajo sus grandes sombreros.

Es un lugar donde los sentimientos se expresan de manera tan natural que pone los pelos de punta al refinado gusto del Este. El único tenderete político que cabe en ese ambiente es el de Ross Perot.

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Todavía es un tema de discusión diaria en Estados Unidos si, el fenómeno Perot es o no un producto típico de estas tierras, ya que, aunque nació aquí y aquí hizo su fortuna -como Dios manda en Dallas-, su repercusión supera ya ampliamente las fronteras del mayor Estado de la Unión después de Alaska.

Un patriota

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Ross Perot es un patriota, como de be ser un buen te ano. Sirvió en la Armada, le gusta la literatura militar y colecciona símbolos de las gestas nacionales. Hasta se atrevió a enviar comandos dé mercenarios al Irán del imam Ruholla Jomeini para intentar liberar a dos empleados que habían sido hechos prisioneros por los Guardianes de la Revolución iraníes.

Perot es tejano porque monta a caballo, porque habla con claro acento regional, porque sabe darse el lujo de tener una casa de 2.000 metros cuadrados con piscina interior, gimnasio y pista de tenis, y porque sabe desafiar a los tristes millonarios del Este con un barco privado y un reactor de dos motores.

Pero también tiene algunos defectos: prefiere los vegetales a la carne a la brasa y odia la música country.

El profesor Dennis Simon, de la Universidad Metodista de Dallas, cree que "Ross Perot es producto tejano en cuanto a su lenguaje llano y a la estructura mental de un hombre franco y abierto", pero advierte que esa naturalidad y, espontaneidad propia de la gente de aquí no debe nevar a pensar que Perot es un lunático. "Por el contrario", afirma, "es un hombre muy inteligente que sabe sacar partido de las situaciones, negociar a tiempo y buscar las alianzas necesarias".

Es, eso sí, atrevido y camorrista como un tejano. Y por eso la gente espera que la disputa este otoño entre Perot y otro tejano de adopción, George Bush, rememore la leyenda del duelo en OK Corral.

Un antiguo gobernador de Tejas, el demócrata Mark White, ha comentado que "la pelea entre estos dos hombres, con los cuchillos entre sus dientes, puede dejar reducido el sangriento episodio de El Álamo a una historia de amor".

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