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UN ESCRITOR CLAVE DE LA NARRATIVA DE POSGUERRA

Juan García Hortelano fallece en Madrid, a los 64 años, víctima de un cáncer

El novelista hizo de enlace entre varias generaciones de escritores

Juan García Hortelano, uno de los novelistas más destacados de la Generación del 50, también llamada de los abajo firmantes por la época antifranquista que les tocó vivir, falleció ayer a los 64 años en Madrid, a consecuencia de un cáncer, en medio de la consternación general. Pues si algo caracterizó a García Hortelano, autor de Tormenta de verano y El gran momento de Mary Tribune, fue la capacidad de suscitar afecto, incluso entre las generaciones más jóvenes. Autor moroso de una compacta obra narrativa, observador nostálgico de la poesía que hubiera querido practicar, García Hortelano será también recordado como un fabuloso narrador oral.Casi nadie quería hablar ayer del escritor desaparecido, apabullados por la noticia y por el temor de empobrecer los propios recuerdos, y quienes hablaron lo hicieron por creerlo un deber de testimonio hacia un hombre bueno: "Era bueno a carta cabal", evoca Carmen Martín Gaite, compañera suya de generación, aunque ella lo considera más joven porque empezó a publicar después de que ya hubieran comenzado Rafael Sánchez Ferlosio, Jesús Fernández Santos, Ana María Matute, la propia Martín Gaite...

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Mucha gente conoció a Garcia Hortelano, entre otras cosas porque fue hombre de tertulia y de "pisar mucha suela", según Martín Gaite, "en la tradición de Ignacio Aldecoa. Su vida ha estado en la calle, y eso se nota". Fue uno de los poquísimos escritores españoles que se movieron tanto en Madrid, donde había nacido, como en Barcelona, adonde fue en 1958 a recoger el Premio Formentor. Carlos Barral contó después que al llegar le habían tomado, con su aire mesetario, por un guardia civil. Luego intimó con Barral (su primer editor), Jaime Salinas, Juan Marsé, Jaime Gil de Biedma...

"Con Juan Marsé competían a ver quién contaba mejor las cosas", recuerda José Caballero Bonald, compañero suyo de generación y también poeta de un grupo, el del Medio Siglo, que García Hortelano antologó en la edición que sigue siendo la de referencia. "Escribo cuentos porque me gusta mucho y aunque soy consciente de que es muy difícil y probablemente no conseguiré nunca escribir uno bueno, y escribo novelas porque no 'sé escribir poemas y porque es lo más fácil", dijo una vez.

Miembro del grupo que Josefina Aldecoa llamó los niños de la guerra, García Hortelano vivió ésta en la calle, y allí lo vio "todo", según dijo después. Había nacido en Madrid en 1928 ("Ser de Madrid es no ser de ninguna parte"). No le crecía barba cuando ya editaba con un primo un periódico, y a los 13 escribía el plagio de una novela policiaca; la calificación es suya. Creía que podía escribir sin publicar, en una isla desierta, siempre y cuando pudiera leer.

Fue un lector excepcional, entre otras cosas -decía él- porque odiaba la televisión, y más de un autor joven se vio sorprendido por una carta suya en la que le comentaba su novela y le daba aliento. "García Hortelano fue la primera noticia que tuve yo, joven imberbe llegado a Madrid, de que, en España se hacía literatura moderna", recuerda José María Merino, a quien García Hortelano consideró en alguna declaración como uno de los escritores jóvenes más interesantes. "Yo venía de Baroja, y me encontré con que en España se hacían cosas como Nuevas amistades o Tormenta de verano. Creo que para muchos otros españoles de mi generación fue el primer autor moderno".

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