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ALBERTVILLE 92

"Me voy a ir por la puerta grande"

"¡Qué voy a sentir, una alegría muy grande!". Blanca, no podía resistir las lágrimas en el recinto de llegada. Acababa de abrazarse con sus hermanos y con voz entrecortada, pero firme, con las últimas fuerzas que le quedaban después de tanta tensión, comentó: "Esto es el premio a toda una carrera a todo un trabajo que he estado haciendo durante años y que no llegaba a tener realmente su recompensa". "Me voy a ir por la puerta grande", diría más tarde con satisfacción.Blanca reconocía así lo que tantas veces ha negado con la boca pequena para consolarse de su frustración por no haber podido conseguir hasta ahora una medalla olímpica. Aunque la Copa del Mundo y su circuito consagran prueba a prueba a los mejores, carece del encanto, la atracción y la repercusión de un éxito olímpico. Blanca enseguida se justificó por no haber llegado al oro: "Bueno, es de bronce, pero es una medalla y me confirma que me voy a ir por la puerta grande. Así que estoy contenta, estoy muy emocionada por eso". Blanca hablaba casi entre sollozos y en medio de una emoción generalizada y comprensible. Su caso ha sido demasiado especial.

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Blanca ganó la primera medalla del 92

"Han sido muchos podios y muchas carreras que han estado a la sombra de esa maldita caída de Calgary y por fin hoy he podido demostrar no sólo a mí... porque, bueno, yo sabía que estaba entre las mejores y los que están a mi alrededor también saben de mis posibilidades. Pero es de cara a la gente, a los españoles, a la afición española, a los que sólo cuentan los resultados en grandes acontecimientos. Para ellos faltaba esto para convencerles de que soy una de las mejores".

Su tensión estaba aún estallando y poco después habló con sus padres en Cercedilla: "Tengo muchas ganas de ir y de abrazarlos a todos", dijo llorando. Un momento antes ya había tenido tiempo de desahogarse con sus hermanos, pero la tensión no se podía ir en unos minutos, como tampoco el recuerdo de Calgary: "No os podéis imaginar lo mal que se pasa ahí arriba. Es una lucha continua de pensamientos, de sensaciones. Me han pasado muchas cosas por la cabeza, mis padres... Y he tenido antes de salir en la segunda manga la misma sensación que tuve después de caerme en Calgary. Y he tratado por todos los medios de quitármela. Bueno, creo que he sabido a medias olvidarlo y aunque sea una medalla de bronce, ahí está".

Saber lo bien que lo había hecho Kronberger, que bajó antes que ella, también le influyó en sus nervios, pero negó haber tenido miedo en algún momento. "He esquiado mejor o peor en determinados trozos, pero para ganar una medalla hay que arriesgar".

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