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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La sangre de Dulcinea

En EL PAÍS del 15 de enero de 1992, página 23, aparece una colaboración de Víctor Cygielman bajo el título de 1.500 años de presencia judía, en la que se dice que la profesora R. Reichelberg, en su libro Don Quijote, la novela de un judio enmascarado, cita un pasaje del capítulo X de El Quijote en el que se habla de que "Dulcinea sabía como nadie salar el cerdo, lo cual mueve a risa", de la que deduce concomitancias judaicas.El pasaje en cuestión, que en realidad aparece en el capítulo IX, dice exactamente: "Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda La Mancha", lo que ha dado pie a Vicente Gaos, en su edición crítica de El Quijote, primera parte, capítulo IX, página 193, nota 61 (editorial Gredos, 1987) a escribir que "la risa del morisco podía aludir al hecho de ser morisca también Aldonza Lorenzo, ya que, como es de sobra sabido, el islamismo prohíbe el comer carne de cerdo".

Así las cosas, ¿qué ascendencia hemos de adjudicar a nuestra heroína? Para mí, dado que su tierra natal, La Mancha, fue camino, encrucijada y asiento de moros, judíos y cristianos, pudo tener -como tantos otros- sangre de todos ellos, de forma que lo mejor sería dejarla en simple manchega-

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