Carlos Menem

Tiene 22 años, es piloto de rallies y responde al nombre de Carlos Saúl Menem. El hijo del presidente de Argentina se había limitado hasta ahora a competir en su país, aunque ya el año pasado logró el título de campeón suramericano. Sin embargo, nunca había cruzado el charco para participar en un rally. Esta semana está corriendo en Grecia, junto a los mejores del mundo, en el Rally Acrópolis, la sexta prueba del Mundial de la especialidad.Pese a que se le reconocen cualidades innatas para dedicarse profesionalmente al automovilismo, no puede evitar que continuamente le recuerden de quién es hijo. "Es algo natural, con lo que uno se acostumbra a vivir", dice Carlos Menem. "Yo crecí siendo hijo de gobernador, y ahora mi padre es presidente de una república. Es algo que no puedo cambiar, aunque tampoco lo pretendo".

No le interesa para nada la política, y por eso prefiere imitar a Carlos Sainz al volante de un coche de rallies antes que seguir los pasos de su padre. Su meta es llegar a ser uno de los mejores pilotos del mundo: "Quiero que se me reconozca por mis propios méritos dentro del automovilismo, y creo que poco a poco, lo voy consiguiendo, sobre todo en mi país. Allí ya empiezan a saber que hay un Carlos Menem político, el padre, y otro deportista, que soy yo". Su participación en el Rally Acrópolis supone su segunda carrera del Mundial de esta especialidad. La primera fue en Argentina el año pasado.

Menem es un tipo cordial y agradable. Su rostro alegre sólo cambia cuando se le pregunta por sus relaciones con su padre. Carlitos es fruto del matrimonio del presidente Menem con Zulema. Como se sabe, esta pareja está separada y el hijo ha estado siempre mucho más próximo a la madre. Por eso su distanciamiento con el presidente es conocido en Argentina. Y si le preguntan por ello, simplemente responde: "A eso prefíero no contestar; hablemos de los rallies".