Caricatura de un estilo
Amor perseguido (Love at large)Dirección y guión: Alan Rudolph.
Fotografía: Elliot Davis. Música: Mark IsLani. Canción: Leonard Cohen.
Diseño de producción: Steve Legler. Uritaje: Lisa Chulrgin. Productor: David Blocker. Producción: Orion Pietures. Intérpretes: Tom Berenger Elizabeth Perkins, Anne Archer, Te Levine, Annette 07oole, Ann
Magnuson, Ruby Dee, Neil Young y Kate Caps. Salas de estreno en
Madrid: Fuencarral, Madrid, Multicines Ideal, La Vaguada.
Desde que rodó Elígeme (1984) su octavo largometraje y, para muchos, el mejor de cuantos ha redado hasta la fecha, la carrera de Alan Rudolph no ha dejado de arrojar jarros de agua fría sobre quienes alguna vez pensamos que el antiguo coguionista y ayudante de dirección de Robert Altman era uno de los realizadores independientes norteamericanos más prometedores y originales. Sus siguientes películas Inquietudes,Hecho en el cielo y Los modernos- no carecían de interés, pero anticipaban, en mayor o menor grado, una peligrosa inclinación a la autocomplacencia y una creciente falta de ideas, que en el caso de Amor perseguido se ven plenarnente confirmadas.
El toque Rudolph es perfectamente reconocible en su nuevo filme, pero, al menos para quien estio escribe, uno ya no ve en él las huellas de un estilo personal, sino la caricatura de éste: simples tics de alguien a quien se le ha subido a la cabeza su presunta condición de autor, meros guiños de complicidad para incondicionales que pretenden encubrir el vacío bajo una apariencia de sofisticación.
Al azar
Una vez más, el director recurre a una estructura argumental en la que se entrecruzan, por azar, múltiples personajes, pero en este caso ni los personajes tienen excesivo interés, ni las tramas colaterales se articulan o se resuelven con un mínimo de convicción.Una vez más también, el cineasta combina géneros distintos -elthriller (?), la comedia romántica-, pero Amor perseguido, por mucho distanciamiento irónico que pretenda llevar.dentro, no convence ni como filmnoir, ni como comedia rosa, y su supuesta indagación sobre las complejidades de las relaciones sentimentales, en clave policiaca, acaba provocando el sonrojo.
Tampoco se le saca partido a la contraposición de los ambientes rural y urbano, entre los que discurre la acción con un ritmo más que premioso. Rudolph tarda siglos en contar muy poco, y se copia a sí mismo hasta en la realización o en el look elegante y moderno de susimágenes, arropadas -como ya viene siendo habitual en los traba os de este jcineasta- por la excelente música de Mark Isham y el eficaz diseño de producción de Steve Legler.
El director de Bienvenido a Los Ángeles sigue conservando, eso sí, un innegable buen gusto a la hora de elegir sus- actrices, aquí tan numerosas y atractivas como en otras ocasiones, pero parece haber perdido su capacidad para crear papeles sustanciosos como el de Genevieve Bujold en Elígeme. Los personajes femeninos de Amor perseguido a menudo no pasan del estereotipo o de la mera función ornamental.
Por otro lado, es bastante imperdonable que Alan Rudolph haya elegido a un actor tan limitado como Tom Berenger (que en esta película no deja de imitar en ningún momento, con resultados penosos, a Albert Finney -¿o es a Woody Allen?-, incluso en la elección de su sombrero) para encarnar al protagonista Cabe destacar, por su exotismo,la intervención de Neil Young en un pequeno papel de malo; pero no hay más que ver la forma en que Aln Rudolph se desembaraza, al final, de este personaje, para darse cuenta de cómo el cineasta disfraza de visión irónica lo que no es otra cosa que incapacidad para resolver una historia con coherencia.
Lo dicho: si algo se le da bien últimamente a Alan Rudolph es vender la nada o muy poquita cosa con un envoltorio aparente.
