Fotografías de la agonía
Los periodistas y Aurelio Arteta se han quejado por separado de la censura gráfica que el bando aliado impuso de un modo casi absoluto en la reciente guerra del Golfo. Los periodistas, porque se les negaba el trabajo (ellos decían que defendían la libertad); Arteta, porque la ausencia de imágenes significa un acoso a la piedad.Cabe observar, sin embargo, que gracias a la censura de las fotos del horror se auspició un riquísimo debate político a todos los niveles, desde los pasillos del Parlamento hasta la tasca de la esquina, pasando por las tribunas de opinión de los periódicos.
Caso contrario está ocurriendo con la tragedia kurda. Al presenciar cada día la miseria y la muerte de los refugiados, el problema causante queda despolitizado de una forma efectiva. No se acusa a nadie y se nos acusa a todos. El envío de mantas sustituye al razonamiento y al juicio.
(Para más información sobre el tema puede consultarse en Mirar, de John Berger, editorial Blume, 1987).-
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