Tribuna:

Paralización total

La bolsa avanza lentamente hacia su paralización total, en parte por la ausencia de alicientes que ofrece el propio mercado, y en parte por el inexplicable retraso para dotarle de los medios necesarios para generar liquidez. La ausencia de mecanismos que permitan operar a la baja han convertido a la bolsa española en un instrumento inútil ante situaciones como la actual, como demuestra el descenso del volumen negociado día a día. Sólo las instituciones efectúan algún que otro movimiento, ahora que los pequeños inversores -a los que se dice defender- se ven obligados a deshacerse de sus títulos...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La bolsa avanza lentamente hacia su paralización total, en parte por la ausencia de alicientes que ofrece el propio mercado, y en parte por el inexplicable retraso para dotarle de los medios necesarios para generar liquidez. La ausencia de mecanismos que permitan operar a la baja han convertido a la bolsa española en un instrumento inútil ante situaciones como la actual, como demuestra el descenso del volumen negociado día a día. Sólo las instituciones efectúan algún que otro movimiento, ahora que los pequeños inversores -a los que se dice defender- se ven obligados a deshacerse de sus títulos a precios de saldo en beneficio de los grandes. Esta situación amenaza con crecer con el paso del tiempo, ya que la recogida de acciones por parte de las instituciones, unida al creciente número de sociedades que abandonarán la bolsa tras ser objeto de una opa, no harán más que aumentar la estrechez de un mercado que, más que transparente, llegará a ser diáfano.A última hora de la tarde, un apagón en Wall Street aceleró la presencia de papel, lo que hizo que el índice perdiera 1,37 puntos. Con este nuevo recorte, se anula el avance de la sesión de apertura de la semana y se pierden, además, 80 centésimas, una cifra acorde con el nivel de actividad del mercado.

Archivado En