_
_
_
_
_

Asesinado un carnicero de dos disparos cuando intentaba evitar un atraco

José María Castro Rubio, de 33 años, fue asesinado ayer a las 14.45 al intentar evitar que un hombre atracara a punta de pistola la carnicería-pescadería en la que trabajaba, en la calle del General Pardiñas, en el barrio madrileño de Salamanca. El suceso se produjo cuando el carnicero se disponía a salir en compañía de otro encargado de la tienda. Tras propinar un codazo al atracador, éste le disparó dos veces, alcanzándole en el costado izquierdo, por lo que Castro Rubio, a pesar de que fue trasladado inmediatamente a la cercana clínica de San Camilo, ingresó en ella cadáver.

Castro Rubio, de 33 años, fue asesinado ayer a las 14.45 por el hombre que atracó a punta de pistola la carnicería-pescadería donde trabajaba, en la calle del General Pardiñas, número 57, en el distrito madrileño de Salamanca. Según narró un compañero del fallecido que se encontraba con él en el momento del atraco, un hombre con acento suramericano y de unos cuarenta años de edad llegó al establecimiento cuando ambos dependientes se disponían a echar el cierre. "Teníamos la persiana metálica echada hasta la mitad y ya estábamos saliendo de la tienda cuando se nos acercó este hombre", dijo.

Este testigo no quiso especificar el dinero que el atracador podría haber conseguido si se le hubiera entregado la recaudación, aunque sí admitió que la caja de los sábados es la más fuerte de la semana.

Pistola en mano, les amenazo, conminándoles a que le entregaran el dinero de la caja, a lo que accedieron en principio Sin embargo, según el testigo,

"José, tal vez por los nervios del momento, se volvio al atracador y le dio con el brazo izquierdo un codazo en la barbilla".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Un coche en marcha

"Al ladrón, mientras caía al suelo, le dio tiempo a disparar dos tiros, que alcanzaron a José en el costado izquierdo", continuó este testigo, presa de los nervios, de tal manera que no conseguía recordar ni el nombre completo de su compañero.

El atracador se levantó y se dio a la fuga inmediatamente, aprovechando que en la esquina de la calle de Maldonado se encontraba su cómplice en un Talbot Horizon de color rojo con el motor en marcha. La policía encontró horas más tarde este vehículo calcinado en un barrio de las afueras de Madrid. Inmediatamente, los expertos en la búsqueda de huellas comenzaron su trabajo, según informó la agencia Europa Press.

El herido fue trasladado inmediatamente a la clínica de San Camilo, muy próxima al lugar de los hechos, donde ingresó cadáver. De allí salió a las seis de la tarde con destino al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le realizará la autopsia.

José María Castro Rubio vivía en Coslada, estaba casado y tenía dos hijos. Su mujer fue avisada tras lo ocurrido y acudió a la carnicería, donde protagonizó escenas de dolor por el asesinato de su esposo.

En la tarde de ayer todavía era posible apreciar en el suelo de la carnicería las huellas de la sangre del muerto y los cristales rotos de la puerta que salpicaban las estanterías de aluminio completamente vacías. Los vecinos de la zona, que conocían al carnicero muerto, se acercaban a preguntarle a su compañero por lo ocurrido y por el lugar en el que se encontraba el cadáver. También a la puerta de la clínica varias personas comentaban lo ocurrido.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía informaron que las investigaciones continuaban en la tarde de ayer sin que hubiera "más pistas por el momento". Estas mismas fuentes aseguraron que este tipo de atracos "no son muy habituales en esta ciudad", aunque no pudieron precisar si había habido algún caso similar que pudiera ser relacionado con este caso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_