10.000 manifestantes recorren las calles de Tirana

Por primera vez en la historia del régimen comunista de Albania, una manifestación opositora que congregó a 10.000 personas recorrió anoche las calles de la capital. La agencia austriaca APA afirmó anoche desde Tirana que la policía había cargado a porrazos contra los disidentes. Mientras algunas embajadas occidentales seguían acogiendo refugiados, se calcula que hay más de 2.000 en la de la República Federal de Alemania, el Comité Central del Partido Comunista Albanés se reunía en Tirana y continuará haciéndolo hoy.

Durante la tarde de ayer las autoridades albanesas aflojaron el control en 30 de las embajadas extranjeras en Tirana, informa Mirjana Tomic. La menor presión de la vigilancia hizo que el número de refugiados creciera con nuevas oleadas.En un enérgico mensaje radiofónico monitorizado en Londres por la BBC, el presidente Ramiz Alia dijo que quienes acudian a las embajadas extranjeras "no eran patriotas". Alia, que hablaba ante el comité central de su partido, llamó a la vigilancia popular y denunció la injerencia extranjera en los asuntos albaneses. El presidente del último Estado estalinista de Europa dijo que "ciertas fuerzas del exterior y del interior pretenden precipitar al país en un absimo sin perspectiva".

El jefe del Estado aseguró, sin embargo, que las medidas de liberalización se mantendrían, y que se avanzaría en el proceso de democratización de la sociedad albanesa.

Informaciones iniciales de la agencia austríaca APA señalaban una violenta y reiterada re presión policial de la manifestación de anoche en Tirana, pero la agencia matizó posteriormente sus informes y admitió que las fuerzas de seguridad cargaron sólo una vez contra los disidentes. El embajador griego en la capital albanesa Spiros Dokiavos, dijo a la agencia Reuter que el barrio de las embajadas, bloqueado por la policía, permanecía tranquilo y quienes se dirigían a las legaciones extranjeras en busca de asilo no eran hostigados por los agentes.

Entre 1.500 y 2.000 albaneses, según las diferentes fuentes, se han unido a los primeros 200 refugiados en embajadas del lunes pasado, creando una situación de crisis en las principales sedes diplomáticas en Tirana, donde escasean los alimentos y los medicamentos. La Embajada de la RFA es la más abarrotada, aunque se desconoce la cifra precisa de gente que ha logrado entrar.

El encuentro entre el ministro de Exteriores albanés, Reís Malile, y los representantes de algunas embajadas de la Comunidad Europea en Tirana fracasó: no hubo promesa alguna acerca del permiso de salida de los exiliados. Al mismo tiempo aumenta también el número de albaneses que intenta, por vías legales, salir del país.

Frente a la Embajada yugoslava, unas 500 personas esperaban ayer conseguir un visado para salir hacia Occidente a través de las fronteras más próximas a Tirana. Anteriormente, el visado yugoslavo tardaba dos meses. Saltándose el procedimiento legal, cuatro albaneses huyeron anoche de su país y se refugiaron en Prizren, en la provincia de Kojovo. Los detenidos será entregados posteriormente a las autoridades de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Desenlace imprevisible

Todo lo que un intelectual albanés en Tirana, consultado telefónicamente por EL PAÍS tras horas de espera, contestó sobre la situación fue: "Lo siento mucho, no puedo comentar nada".

Mientras Albania sufre la presión internacional más grande en su historia de aislamiento internacional, que amenaza con echar abajo los esfuerzos realizados últimamente para recomponer las relaciones diplomáticas, el régimen de Tirana, tras cinco días de crisis de los exiliados, parece indeciso sobre cómo afrontar su mayor problema doméstico e internacional.