Entre el barullo y el esperpento

Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez rehusaron ayer hablar de una ruptura definitiva de la concertación, pero los dos salieron del encuentro con los titulares de Economía y Trabajo con la impresión de que ese riesgo existe. El secretario general ugetista llevó a la reunión cuatro folios en los que, con letra pequeña, había apuntado los incumplimientos que en su opinión ha ido acumulando el Gobierno socialista desde la aplicación de la ley de 40 horas.Cuando ya había finalizado el encuentro, la Administración les entregó otro borrador normativo referido al procedimiento de consultas a los empres...

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Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez rehusaron ayer hablar de una ruptura definitiva de la concertación, pero los dos salieron del encuentro con los titulares de Economía y Trabajo con la impresión de que ese riesgo existe. El secretario general ugetista llevó a la reunión cuatro folios en los que, con letra pequeña, había apuntado los incumplimientos que en su opinión ha ido acumulando el Gobierno socialista desde la aplicación de la ley de 40 horas.Cuando ya había finalizado el encuentro, la Administración les entregó otro borrador normativo referido al procedimiento de consultas a los empresa.rios y a los sindicatos en los pla.nes de la Inspección de Trabajo. Ello dio a las centrales un nuevo argumento de crispación, ya que en el punto 3.1 de los acuerdos del 31 de enero se pactó que esas consultas quedarían limitadas a las centrales representativas, dado que su objetivo es vigilar el fraude en la contratación laboral.

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El desarrollo del encuentro fue calificada de "esperpéntica," por Nicolás Redondo y a juicio del secretario general de Comisiones, Antonio Gutiérrez, su resultado "pone en peligro toda la concertación y elimina la credibilidad en el diálogo social", unas valoraciones muy diferentes a las que se hicieron al término de las celebradas los últimos días de enero y durante febrero, cuando se negociaron diversos pactos, algunos de ellos puestos ya en práctica.

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, dio por cerrada la primera fase del diálogo con los sindicatos y aseguró que, pese a las discrepancias, "la concertación queda abierta", aunque admitió que subsisten importantes discrepancias. Luis Martínez Noval, en su primera comparecencia pública como ministro de Trabajo, reconoció que el primer texto elaborado por su departamento seguía "criterios interpretativos que no eran líterales". Por ello, el Gobierno ha optado ahora por aplícar la más estricta literalidad.

Antonio Gutiérrez cree, sin embargo, que con ese método el Ejecutivo ha empleado "una artimaña, basándose en la redacción para no cumplir plenamente lo acordado con los sindicatos" y le parece "absurdo el argumento utilizado". El dirigente de CC OO añadió que si el Gabinete no solventa la discrepancia dentro de siete días "será muy difícil salir del desacuerdo" y pide al Gobierno que reflexione para recomponer el diálogo social.

Redondo espera que el Gobierno no acepte las presiones de la CEOE y confia en que "no se deje al libre albedrío de la patronal las condiciones de los asalariados". El sindicalista se manifiesta totalmente convencido de que existe "un intento claro de embarullar las negociaciones", lo que considera peligroso para el futuro, fundamentalmente porque están pendientes de negociación cuestiones que él considera "reformas fundamentales para este país", como la política social, la fiscalidad, la vivienda o la sanidad pública.

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