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Los padres de alumnos del colegio gallego mantienen su rechazo al 'niño burbuja'

Xosé Hermida

Los padres de los alumnos de preescolar del colegio de Cerdedo (Pontevedra) continuarán sin enviar a sus hijos a clase mientras un nuevo análisis no confirme que el niño de cinco años Iván Garrido no es portador de anticuerpos del sida. La residencia sanitaria Nuestra Señora del Cristal de Orense, donde es tratado el pequeño, confirmó ayer que Iván tan sólo padece una inmunodeficiencia congénita que no supone ningún riesgo de contagio. Sin embargo, el director del colegio y los padres de los alumnos exigen que las autoridades les informen oficialmente del estado de salud del niño burbuja.

La asamblea de padres de alumnos del centro escolar de Cerdedo decidió ayer mantener la postura adoptada el pasado viernes de no enviar a clase a los niños de preescolar por la presencia de Iván Garrido. Según el director del colegio, José Luis Jorge, los padres no tienen constancia oficial del estado de salud del pequeño y exigen que se le practique una nueva prueba para certificar que no ha contraído el sida. José Luis Jorge manifestó a este diario que las autoridades nunca le habían explicado hasta ahora que Iván estaba sometido a tratamiento médico por la inmunodeficiencia congénita primaria, que se le comenzó a manifestar a partir de los 16 meses.El hecho de que el primer análisis practicado al niño revelase la presencia en su organismo de anticuerpos del sida y sus numerosas ausencias a clase para acudir al hospital hicieron que los padres retiraran a sus hijos del colegio. La dolencia que padece Iván, que le convierte en lo que comunmente se denomina un niño burbuja provoca que su organismo carezca de defensas inmunológicas y que cada mes deba recibir inyecciones intravenosas de inmunoglobulina.

Garantías sanitarias

Por su parte, el delegado de Educación en Pontevedra, José Luis Rodríguez, aseguró que hace ya varias semanas mantuvo una reunión con el director del colegio y los padres para explicarles que un segundo análisis había revelado que el niño no era portador de anticuerpos del sida. Según José Luis Rodríguez, algunos de los padres se resistieron a aceptar esta versión y pidieron garantías sanitarias para sus hijos. "Yo me limité a cumplir con mi obligación y ordené que se escolarizase al pequeño porque no existía ningún impedimento legal para ello", añadió Rodríguez. El delegado de Educación dijo también que está dispuesto a designar un profesor de apoyo para el aula de Iván, como piden los padres, "siempre que eso no suponga el aislamiento del niño".Los rumores de que Iván padecía sida comenzaron a circular el pasado mes de diciembre en Cerdedo, localidad a la que se había trasladado el niño junto a su abuela al comienzo del curso escolar.

En el pueblo se comentó entonces que el pequeño había sido rechazado en un centro escolar de su localidad natal de O Carballiño (Orense). Sin embargo, la directora María del Carmen Varela del colegio público Calvo Sotelo declaró ayer a EL PAÍS que simplemente se había limitado a enviar el certificado médico del niño a la Delegación Provincial de Educación porque "en él figuraba alguna cosa rara" que dijo ya no recordaba. "Después de este trámite la familia no volvió a solicitar el ingreso, por tanto el niño nunca fue rechazado", añadió la directora.

En Cerdedo, Iván asistió con normalidad a clase durante los tres primeros meses del curso. Tras los comentarios surgidos en diciembre y una vez que el director conoció la existencia de un informe que revelaba la presencia de anticuerpos del sida en el organismo del pequeño decidió prohibirle la entrada en las aulas.

La madre de Iván, María Garrido, entregó en la Delegación Provincial de Educación un nuevo análisis que desmentía que el pequeño padeciese la enfermedad, ante lo cual se decidió ordenar su escolarización.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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