Mazowiecki apuesta por la economía de mercado con todas sus consecuencias

El equipo económico del Gabinete de Tadeusz Mazowiecki se mostró ayer partidario de la implantación de la economía de mercado con todas sus consecuencias, incluido el cierre de empresas y despido de trabajadores, medidas que seguramente no agradarán a la base sindical del nuevo Ejecutivo. Los planes económicos del primer ministro Mazowiecki fueron expuestos ayer por los candidatos a ministros de Industria, Finanzas y Trabajo, de Solidaridad, ante las comisiones parlamentarias que deberán emitir su opinión sobre los aspirantes antes de la sesión plenaria del Parlamento del próximo martes 12. ,

"Hasta ahora ha habido muy pocos cierres de empresas", declaró ayer ante los parlamentarios el candidato a ministro de Industria, Tadeusz Syryjczyk. Preguntado por EL PAÍS, Syryczyk afirmó que el cierre de las fábricas no rentables era "necesario". "Ahora es muy dificil saber qué fábricas no son rentables porque no existe el mercado", agregó el futuro ministro, "pero mientras no cerremos las empresas no rentables no existirá el mercado". Syryjczyk se pronunció a favor de privatizar la industria estatal o convertir las empresas en sociedades de accionistas con el fin de "hacer más concreta la propiedad" y crear un mercado de capital en Polonia.

Inflación del ciento por ciento

Leszek Balcerowicz, candidato al cargo de ministro de Hacienda, declaró ayer a los parlamentarios que su objetivo a corto plazo era la contención de la inflación cuya tasa alcanza un 100% en lo que va de año, mediante la reducción del gasto público y un mayor rigor impositivo, tarea que considera realizable en los próximos meses. A largo plazo, Balcerowicz piensa introducir en Polonia un sistema fiscal similar al occidental, rebajando los niveles impositivos e introduciendo el impuesto sobre la renta y sobre el valor añadido (IVA).

El futuro ministro de Trabajo y veterano de la disidencia polaca, Jacek Kuron, se mostraba contrario al intervencionismo del Estado en las relaciones entre los asalariados y los patronos. Kuron propone pagar el paro, cuya aparición no excluye en algunas regiones de Polonia, durante los tres primeros meses del desempleo e instaurar un subsidio equivalente al mínimo social durante un año. Según Kuron, la reconversión significará el traspase de gran parte de los despedidos de la industria estatal al sector de servicios, totalmente abandonado en Polonia. Preguntado por este periódico sobre la perspectiva de una moratoria huelguística, Kuron respondió que era necesario modificar la ley sobre las huelgas para simplificar el procedimiento de su convocatoria. "Por las huelgas, evidentemente, no podrá pagar el Estado", aclaró Kuron, "y entonces se verá qué empresas son capaces de cargar con su coste".

Por otro lado, el ministro del Interior, el comunista Czeslaw Kiszczak, prometió la liquidación de departamentos y servicios técnicos de vigilancia política. No obstante, Kiszczak dio a entender que los funcionarios de su Ministerio no estaban todavía preparados para recibir a gente como Kuron o Adam Michnik (asesores de Solidaridad) en calidad de supervisores, aplazando de esta forma la perspectiva de nombramientos de civiles como viceministros del Interior, que eran esperados por muchos observadores.