El miedo de Resnais a la comedia
Alain Resnais, a sus 67 años y con más de 30 de trabajo profesional como director de cine, confiesa que todavía siente miedo y angustia en cada estreno de sus películas: "Temo que el público comience a toser por aburrimiento, que salga de la sala en mitad de la proyección, que se ría en el momento inoportuno o que no lo haga en el momento justo".Con Quiero volver a casa, la película con la que concursa en la sección oficial de la Mostra de Venecia, Resnais ha dado un giro a su estilo cinematográfico. "Desde hace mucho tiempo he querido dedicarme a la comedia. Siempre me ha gustado muchísimo. Pero lograr hacer una buena comedia es la cosa más difícil del mundo", explica. Su película es una deliciosa comedia, inspirada en el mundo de los tebeos y la historieta.
El director de Hiroshima, mon amour utiliza hábilmente el mundo de las viñetas como ínstrumento de crítica hacia el mundo político y la sociedad. Entre sonrisas comentó que su musa preferida era Ronald Reagan. "Desde que no es presidente", continúa, "me despierto por las mañanas y lloro. No existía un día en el que no me diera la ocasión, con su ignorancia, de ganarme el pan para mantener a mi familia". En cambio, con Bush, la inspiración disminuye: "Es que es como un niño, ¿cómo es posible que se muestre al público con pantalones cortos?".
Este hombre tan admirado por su El año pasado en Mariembad, ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia en 1961, ama la ironía y la profunda reflexión que le transporta más allá de la aparente superficialidad de ganar un premio. "Si estás en competición o no", cuenta emocionado, "no cambia las cosas. Se te critica de todas maneras. Lo importante es ser seleccionado, no el vencer".
