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La policía paraguaya detiene al 'ultra' Emilio Hellín un mes después de que España reclamase su extradición

Efectivos de Interpol en Paraguay consiguieron capturar el domingo a las dos de la tarde (hora local) al ultraderechista español Emilio Hellín Moro, cuya detención preventiva para su extradición a España fue solicitada el pasado 6 de julio. De acuerdo con informaciones oficiosas, la Interpol había mantenido una constante vigilancia sobre los familiares de Hellín después de que éste desapareciera de los lugares que solía frecuentar en Asunción a raíz de que publicaciones periodísticas informaran sobre su estancia en Paraguay. El ultra huyó de España en 1987 después de que un juez le concediera un permiso cuando cumplía condena por el asesinato, en 1980, de Yolanda González, militante del Partido Socialista de los Trabajadores.

La detención del ultraderechista puede suponer que, después del correspondiente procedimiento de extradición, Hellín sea entregado a las autoridades judiciales españolas para cumplir condena, según el Ministerio español de Asuntos Exteriores. El abogado Jose María Mohedano, que ejercitó la acción particular con el también letrado José Mariano Benítez de Lugo en nombre de la familia de Yolanda González, opina, sin embargo, que, aunque la detención es un dato muy positivo, "no implica una total certeza de que Hellín vuelva a ingresar en la cárcel en España porque tiene en Paraguay apoyos y se puede ejercer una cierta presión desde ese país". Mohedano aseguró ayer que, normalmente, los trámites de extradición pueden prolongarse durante dos o tres meses. [Un portavoz de la policía paraguaya manifestó ayer a Antena 3 que el tiempo de extradición por convenio es de 90 días].La supuesta intencionalidad política en el asesinato de Yolanda González no parece que pueda impedir la extradición de Hellín porque, si bien en los convenios de extradición se suelen excluir los delitos políticos, las buenas relaciones entre países justifican, según Exteriores, que no se aleguen ese tipo de excepciones.

La detención de Hellín, quien huyó de España en febrero de 1987 al no regresar después de un permiso a la cárcel de Zamora, donde cumplía una condena de 43 años, se produjo el domingo en la frontera con Argentina. Sus familiares se habían trasladado hasta Puerto Salcón, un pueblecito uruguayo fronterizo con la ciudad argentina de Clorinda. Los familiares de Hellín acudieron al lugar para contactar con el fugitivo, quien pensaba firmar algunos papeles para ceder el control sobre sus empresas en Asunción a otra persona cuya identidad aún no ha sido revelada por la policía.

Hellín, que huyo a Argentina después de que la revista Intervíú diese con su paradero, regresó el domingo a Paraguay para concretar los trámites mencionados. Los efectivos de la Interpol rápidamente rodearon el lugar de la reunión, ya en territorio paraguayo, y apresaron al ultra sin que éste opusiese resistencia. Posteriormente, fue trasladado a Asunción y recluido en dependencias del departamento de investigación, donde ayer continuaba siendo interrogado. Es probable que en la presente semana se acelere la demanda de extradición española aunque, según personas allegadas a Hellín, éste contratará a varios abogados para dificultar su entrega a España.

Empresas de informática

Emilio Hellín posee en Asunción la empresa Informática, Computadoras y Accesorios,SLL. También trabajaba como empleado en la Cooperativa Militar, Naval y Aeronáutica y tenía a su cargo una academia llamada Centro de Estudios Profesionales de Asunción.

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Las actividades comerciales y de asesoramiento desarrolladas por el fugitivo en la capital del Paraguay fueron facilitadas por su conexión con el Grupo de Reacción Anticomunista (GRA) que dirigía J. Eugenio Jacquet, ministro de Justicia y Trabajo de la dictadura de Alfredo Stroessner. Un funcionario de elevado rango en la cooperativa militar paraguaya admitió la presencia de Hellín en esa institución aunque aclaró que su permanencia fue breve y se limitó a trabajos de instalación de un equipo informático destinado a tareas administrativas.

Sin embargo, fuentes de la, oposición política de ese país señalan que Hellín realizó trabajos para los servicios de vigilancia del régimen de Stroessner, entrenando a agentes en la instalación de micrófonos ocultos y en la grabación de llamadas telefónicas para vigilar estrechamente a elementos considerados peligrosos al régimen que fue derrocado el pasado mes de febrero.

No obstante, la Prensa de Asunción informó recientemente de la vinculación de Hellín con policías del Gobierno actual e incluso una de sus empresas se encargó de la instalación de ordenadores en el cuartel central de Policía.

La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a Emilio Hellín en junio de 1982 a un total de 43 años de cárcel por el asesinato de Yolanda González, ocurrido en el mes de febrero de 1980. La sentencia estableció que Emilio Hellín, Ignacio Abad, José Ricardo Prieto y Félix Pérez Ajero, todos afiliados al partido ultraderechista Fuerza Nueva, constituyeron, al margen de ese partido, una banda organizada y armada para realizar actos violentos a la que dieron el nombre de Grupo 41. David Martínez Loza, entonces jefe nacional de seguridad de Fuerza Nueva, conocía, según la sentencia, las actividades de aquel grupo, del que se sirvió y al que daba órdenes directas.

El tribunal declaró probado que los miembros del grupo entraron violentamente en el domicilio de Yolanda González donde la secuestraron. La muerte de la joven se produjo después como consecuencia de los dos disparos que realizó el propio Hellín sobre la cabeza de la joven y un tercer tiro de Abad, cuando Yolanda todavía permanecía viva.

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