Petición de 17 años para el policía que mató a un joven esposado en un parque de Alcalá

, Los relatos de los testigos del juicio iniciado ayer contra el agente del Cuerpo Nacional de Policía Adolfo Palenciano García -quien el 16 de junio de 1987 mató de un disparo en la sien a Felipe Domínguez Becerra, de 26 años- coinciden en que la víctima llevaba las manos esposadas a la espalda cuando huía de los agentes que le perseguían. Palenciano declaró que el disparo fue fortuito, cuando él y Domínguez chocaron.

El juicio comenzó ayer en la Sala Cuarta de la Audiencia Provincial. Adolfo Palenciano, vestido con traje gris claro, adujo sin firmeza que a él le pareció que el joven s...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

, Los relatos de los testigos del juicio iniciado ayer contra el agente del Cuerpo Nacional de Policía Adolfo Palenciano García -quien el 16 de junio de 1987 mató de un disparo en la sien a Felipe Domínguez Becerra, de 26 años- coinciden en que la víctima llevaba las manos esposadas a la espalda cuando huía de los agentes que le perseguían. Palenciano declaró que el disparo fue fortuito, cuando él y Domínguez chocaron.

El juicio comenzó ayer en la Sala Cuarta de la Audiencia Provincial. Adolfo Palenciano, vestido con traje gris claro, adujo sin firmeza que a él le pareció que el joven se había liberado de las esposas. Posteriormente, acosado por el fiscal y la acusación particular, reconoció que las esposas se las quitó otro agente, Máximo Moreno, cuando la víctima ya estaba en el suelo, muerta.Palenciano insitió en que el disparo se produjo de forma fortuita, cuando el perseguido, viendo que le iban a alcanzar, se detuvo en seco y chocó contra su perseguidor. Palenciano reconoció que en ningún momento había existido peligro para él y que podría haber cogido al perseguido sin necesidad de usar la pistola que portaba, una automática Star PK 28, que se dispara con peligrosa facilidad una vez efectuado el primer tiro. "Primero disparé dos veces al aire, y cuando se detuvo, tan de repente, no me dio tiempo a guardar el arma.. Yo bajé los brazos para sujetarle, chocamos, el chico volvió la cabeza, dió contra la pistola y se disparó", dijo muy nervioso.

Los hechos ocurrieron mañana hará dos años, el 16 de junio de 1987. Felipe Domínguez, detenido dos días antes, volvía de la casa de socorro, esposado y escoltado por dos miembros del Cuerpo Nacional de Policía, cuando, al volver a la comisaría, empujó a Palenciano y echó a correr. Su fuga duró 300 metros. Al llegar al parque público de O'Donnell, el agente le alcanzó, se oyó un disparo y el joven quedó muerto sobre el césped.

El fiscal argumentó con dureza que el acusado infringió la propia normativa policial, que prohibe hacer uso de las armas de fuego en lugares públicos, siempre y cuando no haya riesgos para los agentes o para terceras personas, como es el caso.

El primero de los testigos, Juan José Rico Zamorano, como posteriormente los otros tres que le siguieron, afirmó sin paliativos que la víctima llevaba las manos esposadas a la espalda y que el policía le daba alcance rápidamente. Rico Zamorano afirmó que perseguido y perseguidor no llegaron a chocar, sino que, cuando estaba ya prácticamente encima, el policía alargó el brazo armado, como para sujetarle o golpearle, la pistola entró en contacto con la cabeza del perseguido y se oyó el disparo.

La defensa insitió en que el testigo, en declaraciones anteriores, había afirmado que sí llegó a haber un encontronazo, pero el declarante puntualizó que se refería a que la víctima paró en seco al recibir el disparo. La defensa se centró en probar que sí hubo tal choque, o que, al menos, que los testigos no pueden estar seguros de que no lo hubo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Te lo has cargado"

Según los testigos, un compañero de Adolfo Palenciano, dirigiéndose a él, comentó: "Te lo has cargado", tras auscultar con la mano en la yugular del joven.

Otro de los testigos, un empleado de limpieza del Ayuntamiento de Alcalá, José Luna González, afirmó que vió el principio de la persecución, pero no el momento crítico de la muerte de Felipe Domínguez. Luna González añadió que, cuando se acercó al lugar de los hechos, por si su declaración era necesaria, dos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía le dijeron que se marchara de alli. El abogado de la acusación, Fernando Salas, pidió que tal extremo constara en acta, por si era necesario tomar testimonio a ambos agentes.

La acusación particular pide para Palenciano, por un presunto delito de homicidio con agravante de abuso de superioridad, 17 años, cuatro meses y un día de reclusión menor, más 15 millones de indemnización para la familia de la víctima, casado y con tres hijos, el mayor de seis años de edad. El fiscal pide 12 años y un día, y una indeminzación de ocho millones. La defensa pide la absolución. El juicio seguirá hoy, con nuevos testigos, informes periciales y las peticiones definitivas de las partes.

Archivado En