En el peor momento y lugar

El levantamiento de los cadáveres de los seis jóvenes incorporados a filas que murieron el pasado sábado en una manifestación se llevó a cabo ayer en el depósito funerario del hospital Mustafá, en el centro de Argel, en medio de la tristeza y el recogimiento.El féretro de uno de los cuerpos sin vida, el de un joven de 21 años, fue cargado en un ambulancia, mientras se oyeron mitigados algunos gritos de "Allah akbar" (Dios es grande), sin que hubiera familiares o amigos de la víctima en el acompañamiento. Sólo unas decenas de personas contemplaron la ceremonia de despedida.

Según una versión no oficial, las seis víctimas no formaban parte de las fuerzas del orden y se encontraban "por casualidad" en el lugar donde los soldados dispararon contra los manifestantes. Identificados inmediatamente, sus cuerpos ha sido entregados al ejército antes de serles devueltos a las familias.

Los responsables del hospital Mustafá se negaron a proporcionar el nombre y situación (civil o militar) de las víctimas que han ingresado en el centro desde el comienzo de los disturbios. Los periodistas eran remitidos a la "dirección" que a su vez los enviaba "a las autoridades".

Según fuentes no oficiales, los dirigentes del hospital recibieron instrucciones para no restituir, por el momento, ningún cadáver civil a sus familias. Un miembro del servicio hospitalario dijo que los cuerpos quedan a disposición del departamento legal hasta su identificación y la determinación de las causas de la muerte. La mayor parte murieron por disparos de bala. Todo parece indicar que las autoridades temen que se produzcan disturbios durante las inhumaciones.

Las autoridades también han permanecido silenciosas sobre el número de heridos que ingresan por la noche después de los enfrentamientos, aunque muchos heridos leves prefieren esperar hasta el día siguiente para acudir a una consulta privada, por temor a que la policía los identifique.