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EL 12º CONGRESO DEL PCE

Todos los sectores del PCE prevén una discusión "a tumba abierta" sobre el liderazgo del partido

JOAQUÍN PRIETO El liderazgo del PCE se va a debatir "a tumba abierta" durante, el congreso que comienza mañana, según personas vinculadas a los distintos sectores del partido. El aparato central ha renunciado al control, mientras que los partidarios de Julio Anguita aprovecharon ayer un viaje de este último a Madrid -con el motivo formal de asistir a una reunión de la comisión de tesis- para insistirle en que se presente. Por su parte, Gerardo Iglesias ha recordado: "Yo sigo siendo el presidente de Izquierda Unida", después de que tanto Sartorius como Anguita hayan expresado su disponibilidad para la misma.

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Un programa radical

Algunos de los principales dirigentes del partido se vieron ayer las caras, con motivo de la citada reunión de la comisión de tesis. Rafael Ribó, Nicolás Sartorius, Francisco Frutos y el propio Anguita -junto con otros miembros de la comisión, como Juan Berga y José Palau- trabajaron un par de horas sobre las enmiendas al documento político, sin tocar apenas el tema candente de la dirección. Poco antes, Iglesias había participado en un almuerzo en el Club Siglo XXI, en el que afirmó: "Habríamos podido ganar el congreso con el 90% de los votos, si hubiéramos querido, pero yo mismo he discutido con el aparato y me he opuesto a cualquier intento de controlar el congreso".En el mismo acto, Iglesias negó la existencia de un vacío de poder: "MÍ informe de gestión se aprobó en -el Comité Central sin ningún voto en contra, luego el partido tiene un líder. Y lo seré hasta que el Comité Central elija otro, cosa que va a ocurrir con toda seguridad". Iglesias no contestó las preguntas relacionadas con su actitud ante la eventualidad de que el congreso termine, el próximo domingo, sin un candidato a la secretaría general. Se limitó a calificar de "probable" su renuncia al cargo y dijo que no se opone a candidato alguno, 'tampoco a Anguita".

Admitió que la imagen que está dando su partido no es gratificante para los propios comunistas, "pero es la consecuencia de tratar de profundizar en la democracia", asunto en que su partido -al que calificó como "el más democrático de España"- tiene especial interés.

Asimismo defendió, en términos generales, la gestión realizada por la dirección saliente. "El PCE llegó al año 1982 con una derrota electoral estrepitosa, una agudísima crisis de Inifitancia y en medio de la pérdida general de iniciativa por parte de la izquierda internacional. Hemos logrado mejorar los resultados electorales, poner freno a los abandonos e integrar a personas muy heterogéneas, a base de actuar con mucha honestidad".

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Mientras se mantiene la incertidumbre sobre el liderazgo, el 12º Congreso, que comienza mañana ha de pronunciarse también sobre las propuestas programáticas del PCE para los próximos años.

A juzgar por el documento que el Comité Central envía al congreso, las principales líneas de acción para el futuro se resumen en tres: organizar a los movimientos sociales, disminuir el parlamentarismo y establecer con los sindicatos una relació- de igual a igual. El PCE afirma haber dedicado recursos desproporcionados a la vida institucional, en relación con los utilizados para los movimientos sociales. Estos últimos se sitúan ahora en el centro mismo del programa comunista, "siendo el papel de la izquierda política en las instituciones la otra cara de la misma moneda y no la finalidad a la que se deben subordinar los movimientos", dice el documento congresual.

Las propuestas programáticas implican el intento de aprovechar los abandonos y "traiciones" del PSOE. Según este programa, el Gobierno socialista se ha vinculado a los intereses de "sectores del poder económico español", se ha subordinado a Estados Unidos y ha ejercico una acción política "hegemónica y totalizadora", con la intención de frenar el desarrollo de la izquierda social y legitimar al PSOE como el único gestor político.

Por tanto -razonan los autores del programa-, el esfuerzo del PCE debe centrarse en recuperar a las fuerzas que "progresivamente van distanciándose del PSOE". Y tras descartar la posibilidad de prestarse a una oposición suavizada, hablan de "un proceso de abierta confrontación programática e ideológica, acompañada de una fuerte movilización social".

El papel de los comunistas en el proyecto de desarrollo de Izquierda Unida, de acuerdo con este programa, consiste en aportar "no sólo el dinamismo social imprescindible, sino el soporte ideológico más sólido por su inspiración marxista, por su historia y por su cultura".

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