LA LIDIA

La plaza de Valencia sale a concurso en condiciones dificiles para los empresarios

La Diputación Provincial de Valencia saca a concurso la plaza de toros de dicha ciudad, propiedad del Hospital General valenciano, que representa la corporación. Lo hace para un plazo de tres años, que empezará el próximo 9 de mayo, y en unas condiciones difíciles para las empresas, tanto por el escaso margen de tiempo que mediará entre la adjudicación y la entrada en vigor de las obligaciones inherentes al contrato como por las limitaciones que impone el pliego de condiciones, que ya ha sido redactado.

El canon de arrendamiento se fija en 15 millones de pesetas, y la empresa adjudicata...

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La Diputación Provincial de Valencia saca a concurso la plaza de toros de dicha ciudad, propiedad del Hospital General valenciano, que representa la corporación. Lo hace para un plazo de tres años, que empezará el próximo 9 de mayo, y en unas condiciones difíciles para las empresas, tanto por el escaso margen de tiempo que mediará entre la adjudicación y la entrada en vigor de las obligaciones inherentes al contrato como por las limitaciones que impone el pliego de condiciones, que ya ha sido redactado.

El canon de arrendamiento se fija en 15 millones de pesetas, y la empresa adjudicataria tendrá obligación de celebrar, cada año, un mínimo de 31 espectáculos, repartidos en 12 corridas de toros, 12 novilladas, dos cómicotaurinos, tres becerradas y dos desencajonadas. La Diputación exige que tres corridas se organicen en las festividades de san Vicente Ferrer, Virgen de los Desamparados y 9 de octubre y, curiosamente, no determina los festejos de las fallas y san Jaime, que son las ferias taurinas tradicionales de Valencia. Impone, asimismo, las tradicionales desencajonadas, que la propia Diputación ha suprimido durante su explotación directa de la plaza los últimos años.Según manifestaciones del presidente de la Diputación, Anton¡ Asunción, la corporación encargó hace meses un estudio acerca de la rentabilidad objetiva de los espectáculos taurinos en el coso valenciano, y el resultado fue que sólo es claramente positiva en las corridas de la feria fállera, mientras las novilladas con picadores arrojan fuertes pérdidas con carácter general. De la relación de festejos obligatorios que impone el pliego se deduce que el balance económico de las 12 novilladas mínimas exigidas, las de promoción, las tres corridas fijas en otras tantas festividades, varias de las que se organicen fuera de fallas, el canon de 15 millones de pesetas, más otros gastos que incluyen los generales organizativos, personal y seguro del inmueble, presumiblemente arrojará importantes pérdidas.

No se ofrece al adjudicatario la posibilidad de obtener ganancias con otros espectáculos extrataurinos a celebrar en el coso, pues éstos se los reserva la Diputación para organizarlos directamente. Ni tampoco con los servicios habituales de la plaza, como son bares y venta de almohadillas -unos 14 millones de pesetas anuales-, que también explotará directamente la Diputación.

En todos los festejos deberán participar "las primeras figuras del toreo y matadores de interés especial, y no se autorizará ninguna ganadería que haya sido sancionada en Valencia durante la temporada anterior", según establece el pliego. No aclara, sin embargo, quiénes son las figuras del toreo ni los matadores de interés especial, ni qué criterios se van a seguir para estas valoraciones, que son muy subjetivas y cambiantes en el transcurso de la temporada.

Promoción

En los festejos de promoción', Diputación y empresa se repartirán al 50% las pérdidas o ganancias que hubiere. Varios empresarios consultados acerca de la viabilidad de este pliego de condiciones afirman que tal como ha sido planteado hace muy dificil el negocio en la plaza de toros de Valencia. Un diputado de la oposición comenta: "El pliego contiene unas condiciones muy duras para el arrendatario, y sospecho que esa dureza es deliberada, para que no haya candidatos -por lo menos, fiables o solventes-, y tenga que declarse desierto el concurso. Pues entonces quedaría legitimada la gestión directa que ha efectuado la Diputación durante las tres últimas temporadas, con cuantiosas pérdidas económicas, que no justifican los relativos y discutibles resultados artísticos obtenidos".

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