"Mantengamos la esperanza" dijo el Rey al llegar a Zaragoza

El rey don Juan Carlos viajó ayer a Zaragoza para conocer personalmente los detalles del atentado de ETA contra la casa-cuartel de la Guardia Civil y para pedir a los españoles: "Mantengamos la esperanza". El monarca comentó que también había viajado a Aragón "como padre" y explicó que "el Gobierno está haciendo muchas cosas para acabar con todo esto que nos disgusta y tanto odiamos. Hay que seguir adelante", comentó el Rey.

Don Juan Carlos había aterriza do a las 19.05 horas en el Ala 31 de la base aérea zaragozana en un avión Mystere que él mismo pilotaba. Su presencia sirvió para tranquilizar a algunos mandos militares de Zaragoza, molestos por el hecho de que la capilla ardiente se montara en el edificio que alberga el Gobierno Civil y la Delegación del Gobierno y no en el hospital militar, donde algunos militares y guardias civiles pretendían recibir y honrar los cadáveres de las vícti mas del atentado etarra.

El Rey no abandonó en ningún momento la instalación militar. Durante su corta estancia e la capital aragonesa -40 minutos- el monarca se reunió con los ministros de Defensa y del Interior, Narcís Serra y José Barrionuevo, respectivamente; con el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán; con las máximas autoridades civiles y militares de la ciudad y con los representantes de la comunidad autonómica aragonesa.

Al descender del avión, el Rey, que vestía un blaser cruzado de color azul y unos pantalones grises, estrechó la mano de las personalidades que le estaban esperando. Al llegar junto al general subdirector de apoyo de la Guardia Civil, Juan Gemar Rojas, el Rey le dio una palmada en la mejilla al tiempo que éste le saludaba militarmente.

Narcís Serra y José Barrionuevo habían llegado a Zaragoza a las 16.30 horas en dos Mysteres del Ejército. Poco después visitaron el lagar del atentado.

Tras entrevistarse con los políticos en la sala de oficiales de la base, el Rey realizó unas cortas declaraciones que se podrían resumir por su petición a los españoles de mantener "la esperanza" y su garantía de que el Gobierno está trabajando para acabar con el terrorismo.

El Rey, pilotando de nuevo su Mystere 45-20, abandonó la base a las 19.45 horas. Poco después el ministro del Interior respondió a la pregunta de si la casa-cuartel contaba con pocos centinelas en el momento del atentado a pesar de que el departamento sabía que ETA había vigilado el movimiento de los oficiales y guardias del, edificio: "Me parece que en una circunstancia como ésta, este tipo de preguntas no son adecuadas". Según Barrionuevo, el Gobierno "había dicho que se deberían mantener cautelas y tomar todas las precauciones, sin lanzar campanas al vuelo". Barrionuevo comentó que ayer mismo había pedido a la Guardia Civil de Guipúzcoa que había que afrontar "los éxitos, como el de la desarticulación del comando Donosti, con la misma serenidad que las tragedias".

Serra comentó: "Me enteré del atentado estando en mi domicilio poco antes de ir al Consejo de Ministros". El ministro expresó "el dolor del Gobierno a los familiares y a la Guardia Civil" y aseguró: "Estamos venciendo este problema", y que "este trabajo va dar resultado".

Los dos ministros visitaron, a partir de las 20.30 horas, los centros hospitalarios donde se hallaban algunos de los heridos. Por la noche, visitaron la capilla ardiente instalada en la Delegación del Gobierno, frente a la basílica del Pilar. Hoy se celebrará el funeral por las víctimas.

Los principales partidos expresaron su repulsa por la acción terrorista. Entre las numerosas muestras de condolencia recibidas por la Guardia Civil se encuentra una del secretario general de la UGT, Nicolás Redondo.

[Por su parte, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, declaró a última hora de la tarde, en Sevilla, que "a veces no se le da el mismo trato a los funcionarios que luchan contra esos criminales", a quienes frecuenterriente no se les aplica el calificativo de "presuntos" cuando son acusados de implicación en la guerra sucia contra el terrorismo. El vicepresidente admitió que sus palabras podían aplicarse al caso Amedo y todos los demás del mismo tipo.]