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VUELTA CICLISTA ESPAÑA

La etapa de los puertos, penúltima de la carrera, confirmó el abandonismo de los rivales de Herrera

La Vuelta a España, en su fase final, vino a confirmar el abandonismo de los rivales del colombiano Lucho Herrera por desbancarle del liderato. La etapa de los puertos, ya clásica en el calendario ciclista, fue desaprovechada para atacar al líder. La ofensiva desencadenada de salida por el también colombiano Pacho Rodríguez, que venció en la meta, tuvo como punto de arranque la clasificación por equipos. El suyo, el BH, aún aspira a ganar tras mejorar ayer un puesto. Ya sólo queda por resolver las clasificaciones secundarias, ya que hoy Herrera llega a Madrid con ventaja suficiente como para proclamarse ganador absoluto. Ayer hubo más abandonos, como el de Laudelino Cubino, revelación de la montaña, con fuertes dolores en la rodilla.

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Navafría, Canencia, Morcuera y Cotos son puertos donde se han escrito gestas. La última, cuando Pedro Delgado ganó allí la Vuelta 85. Ayer, todos los grandes corredores que quedan en competición pasaron por el mismo escenario sin pena ni gloria. Como hicieron el día anterior por otros puertos de la serranía, un total de siete, y como hicieron en la ascensión de Alto Campoo. También sestearon el llano, con más razón aún porque en el recorrido plano resulta más fácil el cicloturismo.El trazado de la Vuelta ya puede ser muy duro, que si los participantes se resisten a competir ya les pueden poner puertos que los subirán a ritmo lento. La Vuelta se ha decidido en dos etapas, las que terminaron en Los Lagos y en Ávila. Las demás sirvieron de tránsito. Puede haber batalla por otras clasificaciones menores, pero la Vuelta no se organiza para proclamar especia listas, sino ídolos. Herrera reúne todas las condiciones para serlo, pero se le ha permitido ser líder con tanta comodidad que su presumible victoria puede quedar desvirtuada.

Ni intentos

Tras Herrera había gente como Dietzen, Fignon o Delgado -ayer estos dos últimos cogieron bonificaciones- que reúnen las condiciones teóricas necesarias como para, al estar a poca distancia de él con todo el recorrido que había que afrontar, intentar atacarle. Pero no hicieron ni eso, ni el intento. Cada uno se ha conformado con su suerte y no han obligado a Herrera a apabullar en la montaña.

Lo que pasó ayer, continuación de días anteriores, fue un ejemplo más de que todos dan ya por bueno el puesto que ocupan. Nadie quiere jugarse la baza de ganar o perder su posición de privilegio, si como tal se puede considerar cualquier puesto que no sea el primero. Por segundo día consecutivo y tercer alterno, todos los hombres que encabezan la clasificación general llegaron agrupados en la meta después de un recorrido durísimo. Ello quiere decir que no quisieron saber nada de guerrillas y subieron lo más cómodamente posible.

La escapada de Pacho Rodríguez ni siquiera sirvió ayer para alertar al Café de Colombia o al Postobon, que estaban al frente de la clasificación por equipos. Los corredores colombianos han hecho una piña en tomo a Herrera y poco les preocupó la amenaza que suponía la fuga de un hombre de BH. Al fin y al cabo el protagonista también era colombiano.

Pacho Rodríguez empezó la Vuelta enfermo y fue a más. Su victoria, según contó en la meta, le permite sentirse mejor ahora, "después de unos comienzos de temporada desafortunados". Pero se lamenta de que su forma le llegue tan tarde "porque ahora podríamos estar primeros por equipos y quién sabe si la individual no estaría tan segura para Herrera".

El colombiano vencedor en la meta llegó a acumular una ventaja de 10 minutos en la cima de la Morcuera, kilómetro 97, sobre el pelotón. En medio iba un grupo poco importante, del que precisamente se había ido. Allí, en la cima de la Morcuera, se empezó a reducir la diferencia porque Herrera, a punto de coronar, se destacó algo sobre Delgado y Dietzen, y alejó un poco más a Fignon. Temía que en el descenso le atacaran y quiso demostrar que estaba dispuesto a ofrecer cualquier respuesta. Después se produjo el reagrupamiento y el feliz rodar de todos juntos hasta la meta sin derramar una gota de sudor por donde, en años anteriores, nadie que no tuviera 10 minutos de ventaja se podía sentir tranquilo.

Toda la batalla final habida, con intentos de escapada por parte de corredores de BH y Systeme U por cobrar metros de ventaja al pelotón ante la proximidad de la meta, no resultaron mas que disparos de fogueo porque en la Vuelta, lo que se pone verdaderamente en juego es el lanzamiento de un corredor, no el de un equipo. Y todos, desde la etapa de Los Lagos, y de eso hace ya 11 días, quisieron evidenciar que se sienten tan inferiores a Herrera que no merecía la pena intentar atacarle.

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