Duvalier será juzgado en el exilio por desviar en su provecho 120 millones de dólares
El ex dictador vitalicio de Haití, Jean Claude Davalier, y su familia deberán responder el próximo día 7 de mayo, ante el Tribunal de Gran Instancia de la ciudad francesa de Grasse, a la demanda civil presentada por el Gobierno de Puerto Príncipe y cuatro empresas nacionales haitianas por la desviación en su propio proyecho de 120 millones de dólares (más de 15.000 millones de pesetas) de los fondos públicos del Estado.
Jean Claude Duvalier vive exiliado en Francia desde febrero de 1986, en la localidad de Mougins, del distrito judicial de Grasse, en la Provenza, y es conocido en toda la región por el fastuoso tren de vida que llevan él y sus familiares y amigos. Su fortuna ha sido evaluada en unos 900 millones de dólares, pero los abogados del Estado de Haití que se han encargado de presentar la demanda contra el ex dictador solicitan únicamente la devolución de los fondos públicos de los que existen pruebas incontrovertibles de desviación hacia las arcas familiares de los Duvalier.La acusación contra el ex dictador cuenta con los documentos que demuestran la utilización de las ocho cuentas principales del Estado, la de la defensa nacional entre ellas, para gastos personales, que oscilaban desde unos pocos miles hasta 300.000 o 400.000 dólares. Una de las sangrías ocasionada a la cuenta de la defensa nacional la realizó la esposa del dictador, Michèle, para comprar joyas en Nueva York. El valor total de los fondos desviados a través de este sistema tan pueril es de 70 millones de dólares.
Otra porción importante de los ingresos fabulosos del dictador tenía su origen en una parte de los impuestos indirectos cobrados por el extinguido organismo fiscal haitiano Régie du Tabac, que iba a parar directamente a su bolsillo. Finalmente, el Banco Nacional de Crédito, donde tenía las cuentas la presidenta, Michèle, iba tapando los descubiertos ocasionados por sus múltiples gastos.
La principal dificultad para los demandantes es la propia competencia de los tribunales franceses en un pleito de un ex jefe de Estado extranjero con su Estado. Una sentencia de un tribunal norteamericano contra la demanda de la República Islámica de Irán para la devolución de los bienes del destronado sha Reza Palevi consta como jurisprudencia negativa para las actuales pretensiones de Haití. Dos sentencias, una de la Corte Federal y otra de la Corte Suprema de Nueva York, la primera sobre los bienes del ex dictador de Filipinas Ferdinand Marcos y la segunda contra Michèle Duvalier, permiten, en cambio, pensar que el tribunal francés podría declararse competente.
La defensa de Duvalier arguye que esta demanda responde a motivaciones políticas y que los tribunales franceses no pueden inmiscuirse en un asunto interno de Haití. La acusación niega cualquier motivación política en el asunto ("lo que sucede es que Duvalier es un ladrón" aseguran los abogados de Haití) y afirma que no hay injerencia en cuestiones del Estado de Haití cuando es él propio Estado quien, para defender los intereses nacionales y conseguir la devolución de los fondos robados, recurre a un tribunal extranjero, concretamente del país donde reside en exilio el demandado.
Los intereses de Haití están representados por tres gabinetes de abogados, uno de Nueva York, otro de Ginebra y un tercero de París. Dos abogados franceses, Jean Sambour y Jean Colin, se encargarán de pleitear contra Duvalier. Jean Colin asegura que una sentencia favorable al Estado de Haití podría tener repercusiones importantes en el proceso para la recuperación de los bienes del Estado de Filipinas en poder de Marcos y serviría como advertencia para dictadores derrocados. "Deben saber que Francia nunca ha sido tierra de asilo para los dictadores", afirmó a EL PAÍS.
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