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Tribuna:LA HUELGA DE LOS FERROVIARIOS FRANCESES
Tribuna
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Nace un nuevo movimiento obrero

Los 26 días de huelga de los ferroviarios franceses no han concluido en una clara victoria de los trabajadores, pero han significado un grave fracaso para el Gobierno de Chirac.No podemos hablar de victoria porque después de una huelga tan prolongada y tan dura, las reivindicaciones que planteamos siguen en suspenso. Todo queda por hacer sobre la modificación de las condiciones de trabajo. Sigue en vigor el contrato-programa del Gobierno para la SNCF que prevé la supresión de decenas de miles de puestos de trabajo en los próximos años, así como el bloqueo de la promoción profesional. En fin, seguirá bajando nuestro poder adquisitivo, ya muy reducido para la gran mayoría de los ferroviarios.

Pero con 15 días de intervalo, el Gobierno de Chirac se ha visto obligado a ceder en dos puntos fundamentales de su política liberal en primer lugar, al retirar la ley Devaquet que pretendía agravar de un modo particularmente injusto la selectividad en la Universidad; en segundo lugar, al retirar el proyecto de tablas salariales de la SNCF, considerada por el ministro de Transportes, Douffiagues, como una verdadera "revolución cultural al revés" dentro de la empresa.

En efecto, el proyecto pretendía que la evolución de los salarios fuera determinada fundamentalmente por la valoración de la capacidad de los trabajadores por sus superiores jerárquicos. Así se trataba de romper el espíritu reivindicativo y la solidaridad y fomentar el individualismo entre los ferroviarios. El fracaso del Gobierno, se refleja incluso en las encuestas. Durante los 26 días de huelga, Chirac ha jugado la carta de dejarla pudrirse negando se a negociar sobre nuestras reivindicaciones, consideradas legítimas por la opinión pública. El precio que ha pagado es que ahora sólo cuenta con un 27%. de opiniones positivas, según sondeos recientes. Aunque no hayamos conseguido la victoria en el terreno reivindicativo, el balance de la huelga es muy positivo. Los ferroviarios sabemos que no nos han derrotado, sino que, por el contrario, hemos construido los instrumentos que nos permitirán vencer en el futuro.

Un movimiento de base

Todos nos sentimos satisfechos y orgullosos de la autoorganización que ha sido la seña de identidad de nuestra lucha. Las asambleas generales soberanas y los comités de huelga han llenado la fosa que desde hace años se había establecido entre la. base y las direcciones sindicales. Las características fundamentales de nuestro movimiento -nacido desde la base y controlado estrictamente por ella, democrático y capaz de hacer la unidad entre militantes de diversos sindicatos y trabajadores no sindicados- han sorprendido a mucha gente que pensaba que este tipo de movimientos sólo podían darse fuera de la clase obrera.

Incluso se ha llegado a decir que nuestro movimiento se oponía al sindicalismo. Nosotros estamos convencidos de todo lo contrario: esta huelga abre posibilidades formidables para los sindicatos de clase.

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La renovación y el reforzamiento del movimiento sindical es ahora posible. Pero para conseguirlo hay que empezar por pedir cuentas a esas direcciones que durante años- se han mostrado ciegas a las aspiraciones de la base. La huelga de los ferroviarios significa un mensaje dirigido a esas direcciones diciéndoles: basta ya de plantear reivindicaciones ajenas a las que quieren los trabajadores. Basta ya de olvidar las que nosotros realmente queremos. No podemos seguir así.

Los 26 días de huelga no quedarán en el olvido. Gracias a la Coordinadora Nacional hemos establecido a través de la huelga un nuevo tejido de relaciones entre nosotros mismos que representa una fuerza para el porvenir. Contra el desprecio y la arrogancia, hemos opuesto la dignidad y solidaridad de los trabajadores. Esa ha sido nuestra victoria. Nada volverá ya a ser como antes.

José Pérez y René Iglesias son miembros de la Coordinadora Nacional de Ferroviarios y militantes de la CGT francesa.

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