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20 intelectuales soviéticos viajan por la cultura española

Una veintena de intelectuales y artistas soviéticos, fundamentalmente del campo del teatro, están realizando un viaje por diversas ciudades españolas para mantener contactos con sus colegas de nuestro país. Ayer estuvieron en Granada, y hoy, en Sevilla. El pasado lunes mantuvieron un coloquio en la sede de la Asociación España-URSS y presentaron un ciclo de cine en la sala Renoir 1, que se desarrolla hasta el domingo, "con gran éxito de público", según fuentes de esta sala madrileña. Esta tarde se celebra en la Fundación Juan March, de Madrid, un concierto de un trío soviético seguido de un recital de canciones tradicionales de la URSS.

Mijail Ulianov, tal vez el actor más popular de su país, y Vidmantas Siliunas, catedrático y especialista en teatro clásico español, hablan de la buena salud de la escena soviética y afirman que en Moscú se representan esta semana por lo menos tres obras de clásicos españoles. En Madrid, hoy, puede verse tan sólo una: No hay burlas con el amor, de Calderón de la Barca, Mijail Ulianov tiene en su haber una treintena de películas y una cincuentena de obras de teatro. A sus 59 años aparece con un semblante hirsuto, serio, trágico, como recién salido de una escena de Alexander Nevsky. No en balde su último trabajo en el teatro lleva por título El día dura más que un siglo. La obra trata de un empleado de ferrocarril en una pequeña localidad de la estepa, un personaje que el traductor define como "pequeño".La última película pirotagonizada por Ulianov trata sobre la batalla de Moscú, "cuando los nazis fueron derrotados", precisa, y su personaje es el de un general soviético. Tanto el cine como el teatro de temática militar sigue gozando de gran aceptación en la URSS. El éxito teatral de la última temporada lleva por título Los soldados rasos y ha recorrido todo el país.

El gran problema de la escena soviética, explica Ulianov, es el envejecimiento de los actores, que no quieren retirarse; para introducir a uno joven se hace necesario jubilar a otro de edad. Los profesionales soviéticos pertenecen a una misma compañía y, salvo raras excepciones, no cambian su lugar de trabajo, por lo que los papeles de una a otra obra son diversos y un primer actor puede pasar con facilidad a un papel de reparto. Los intercambios de actores de una compañía a otra son inusuales.

Vidmantas Siliunas, catedrático y crítico de arte, es uno de los mayores especialistas en teatro español de la URSS y suele participar en las versiones de las obras que se representan. Por ejemplo,

La dama boba, de Lope de Vega, se representaba hace un par de temporadas en 15 teatros de toda la Unión Soviética. De autores preferidos del siglo XX destaca a Federico García Lorca, que se representa con continuidad desde hace años, y a Buero Vallejo. Siliunas está preparando antologías de Buero Vallejo, Sastre y Gala.

"En 1919", relata, "se representó Fuenteovejuna en Kiev, eliminando a los reyes que aparecen al final para convertir la obra en una exaltación revolucionaria. Había soldados que iban a la guerra después de ver a Lope de Vega". Durante muchos años se ofrecía en la URSS más espectáculos de clásicos españoles que ole cualquier otro país, pero ahora esa situación ha cambiado en beneficio de las traducciones de la lengua inglesa.-

En la cartelera de Moscú se puede ver esta semana La celosa de sí misma, de Tirso de Molina; La dama boba, de Lope de Vega, y alguna otra que no recuerda el catedrático soviético. En la cartelera madrileña esta semana se representa sólo No hay burlas con el amor,de Calderón de la Barca.

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