Un centenar de 'etarras' volvió a España en los últimos tres años mediante la reinserción
Un total de 107 etarras regresaron a España en los últimos tres años, acogiéndose a la vía de reinserción social propiciada por el Ministerio del Interior. A esta cifra hay que sumar los 44 miembros de las diferentes organizaciones de ETA que han sido indultados desde la primera legislatura socialista y que igualmente se acogieron a la reinserción. En el primer grupo figuran los 77 miembros de ETApm (VII asamblea) que regresaron a España desde marzo de 1983 a abril de 1986. La lista la completan 15 activistas de ETA Militar, 11 de ETApm (VIII asamblea) y cuatro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CC AA), todos los cuales retornaron a sus lugares de origen. Respecto a los indultados, las cifras proporcionadas por el Ministerio del Interior no especifican la adscripción a cada una de las diferentes ramas de la organización.Corría el año de 1981 cuando el entonces ministro del Interior, Juan José Rosón (UCD), fallecido el mes pasado, se entrevistaba con el máximo sigilo y a solas con el dirigente de Euskadiko Ezkerra Mario Onaindía, en un restaurante madrileño. De ahí salieron las líneas maestras de la primera operación de reinserción social que un Gobierno llevaba a cabo, en un doble juego de acción policial represora y búsqueda de vías de solución pactadas. Esto "a veces no lo entendían ni tus colaboradores, dejando a un lado a fuerzas políticas, personas e instituciones que también querían intervenir", decía Rosón. "La prueba decisiva para el éxito de la operación", añadió, "fue la libertad de Víctor Garay, un condenado que no tenía delitos de sangre pero sí un buen paquete de delitos graves y cuarenta años de cárcel". Las medidas se fueron materializando a lo largo de 1981 y 1982, coincidiendo con la autodisolución de ETApm en septiembre de 1982. A finales de 1984 se calculaban en 150 los antiguos activistas de ETA, encarcelados en prisiones españolas o residentes en Francia, que habían legalizado su situación ante la justicia y habían regresado a sus casas en el marco del acuerdo negociado entre Rosón, Onaindía y el también dirigente de Euskadiko Ezkerra Juan María Bandrés.
'Arrepentidos'
A su regreso, los ex etarras no fueron precisamente aclamados por las bases más radicalizadas de la izquierda vasca; por el contrario, algunos encontraron en las paredes de sus casas insultos como "traidor" y "arrepentido"'. Volvieron discretamente y evitando en la mayoría de los casos la publicidad. El 80% de los regresados encontró trabajo, a veces en sus antiguas empresas.La segunda operación de reinserción social fue puesta en práctica por el Gobierno vasco, en colaboración con el Defensor del Pueblo y los ministerios de Justicia e Interior en enero de 1984. A finales de 1985 se estimaban en unos treinta los presos que habían salido de la cárcel mediante esa vía. Finalmente, en el verano de 1984, el Gobierno socialista comunicó al Ejecutivo francés una nueva operación de reinserciones, en busca de cooperación antiterrorista, que permanece abierta.
