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MÉXICO 86

Italia especuló, al máximo con un gol de penaltí

El encuentro entre Italia y Argentina tuvo dos tiempos muy diferenciados. Durante los primeros 45 minutos, Argentina se vio obligada a neutralizar el tanto conseguido de penalti por Altobelli a, los seis minutos de juego. Eso hizo que el partido tuviera vistosidad, sobre todo, en la media cancha pertenciente al conjunto italiano. Fue durante esos 45 minutos cuando se vio el mejor fútbol. Después, ambos equipos se limitaron a mantener el empate, que les puede ser suficiente para pasar a la segunda fase. En este grupo A se encuentran dos conjuntos mucho más débiles que italianos y argentinos: Bulgaria y Corea del Sur (que empataron ayer). Después del trabajo realizado durante el primer tiempo, unos. y otros creyeron que ya habían hecho suficiente.Este encuentro, que se presentaba como uno de los mayores espectáculos de este Mundial tal vez en conmemoración de aquel sensacional Italia-Argentina que se vivió en 1982 en el campo de Sarriá, tuvo la desventaja de que los italianos se adelantaran en el marcador a los seis minutos y 33 segundos de juego. Ello hizo que un partido abierto a cualquier resultado se convirtiera, a partir de aquel momento, en un ataque y gol contra la portería de Galli. Cuatro minutos después de haber conseguido el tanto, ya podían contabilizarse tres escenas de cuento de los italianos, que habían decidido que lo único que les interesaba era mantener ese 1-0 y perder él máximo tiempo posible, tal vez poco escarmentados del gol tardío que les marcaron, en la jornada inaugural, los búlgaros.

Mientras, los periodistas argentinos daban un lamentable espectáculo en la altísima tribuna de prensa del estadio gritando: "¡ladrón, ladrón, ladrón!", contra el árbitro. Los jugadores capitaneados por Diego Armando Maradona se convertían en los grandes protagonistas del partido intentando no sólo remontar el gol en contra sino ofrecer el mejor espectáculo posible.

Estaba claro, porque ese detalle ya quedó lo suficientemente transparente frente a Corea del Sur, que el juego argentino dependía exclusivamente de el Pelusa. Curiosamente, la estrella argentina fue marcada durante todo el partido por su compañero del Nápoles, Bagni. Los italianos habían renunciado totalmente al ataque, pese a que Conti parecía dispuesto a enlazar con sus rápidas carreras por la banda derecha su centro del campo con Altobelli y Galderisi. Los argentinos, para quienes el empate suponía un excelente resultado, trataban de llegar al portal de Galli con pasecitos cortos y triangulando.

La selección de Carlos Bilardo fue recompensada en su esfuerzo con un precioso gol de Maradona que provocó el enfado de los jugadores italianos que a partir de aquel momento acentuaron sus marrullerías y, fueron al choque. Los periodistas argentinos saltaban ya de alegría en,sus asientos, mientras el juego se había convertido sobre el césped en una auténtica guerra de empujones. Muchos recordaban aquel em barullado partido de Sarriá. Faltaba Gentile, el guardián de Maradona aquel día. Pero italianos y argentinos decidieron pasarse los últimos 10 minutos de ese primer tiempo dándose golpes de forma desinteresada y, en determinados momentos, sin demasiado sentido. La segunda parte, en la que los dos equipos se limitaron a retener el balón, tuvo sólo dos momentos interesantes. El primero, a los 5,7 minutos, cuando Conti estrelló un balón en la cepa izquierda de Pumpido; el otro, una gran parada de éste a tiro de Cabrini.

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