Un terremoto siembra el pánico en Olivares

Un terremoto de entre 4,2 y 4,5 grados en la escala de Richter sembró el pánico y la alarma durante la madrugada de ayer en diversos puntos de la provincia de Granada, especialmente en la localidad de Olivares y los núcleos de población vecinos. El movimiento sísmico se produjo exactamente a las 2.11, y su epicentro se localizó entre Santa Fe, Pinos Puente y Fuente Vaqueros, localidades relativamente alejadas de Olivares.

En Olivares, numerosos vecinos salieron a la calle para comentar lo sucedido y con el temor de que se produjera una réplica que pudiera acelerar el corrimiento de tier...

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Un terremoto de entre 4,2 y 4,5 grados en la escala de Richter sembró el pánico y la alarma durante la madrugada de ayer en diversos puntos de la provincia de Granada, especialmente en la localidad de Olivares y los núcleos de población vecinos. El movimiento sísmico se produjo exactamente a las 2.11, y su epicentro se localizó entre Santa Fe, Pinos Puente y Fuente Vaqueros, localidades relativamente alejadas de Olivares.

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En Olivares, numerosos vecinos salieron a la calle para comentar lo sucedido y con el temor de que se produjera una réplica que pudiera acelerar el corrimiento de tierras que amenaza con sepultarlos.En la capital, el fenómeno se dejó sentir con especial intensidad en los barrios de Almanjayar y Albaicín. Las primeras reacciones en Olivares apuntaban a que el terremoto hubiera sido consecuencia del deslizamiento de tierras y que hubiera podido estar acompañado de un alud. La intensidad en este pueblo fue menor que en otras localidades, pese a lo cual cundió una profunda alarma entre el vecindario. Según indicó Protección Civil el viernes, aunque el corrimiento de tierras se detuviese, el peligro persistiría durante mucho tiempo, ya que es imprevisible la reacción de la masa acumulada ante un suceso como el ocurrido o por el desgaste provocado por fenómenos meteorológicos.

Sin embargo, la situación en Olivares permanece estabilizada, y el deslizamiento en los bordes de la lengua de tierra es prácticamente nulo. En cambio, sus habitantes han mostrado su disgusto a las autoridades por no haber llegado aún las casas prefabricadas prometidas. Del primer cupo de 20, el viernes sólo había llegado una, y en bastante mal estado. Los vecinos han redactado un escrito dirigido al Gobierno, en el que solicitan un nuevo emplazamiento del pueblo y que la zona se declare como catastrófica.

Pese al temor abrigado por todos ante las inclemencias del tiempo, los 18 litros de lluvia por metro cuadrado caídos en las últimas horas no han producido ninguna reacción en el material acumulado en la ladera.

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