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El Museo Municipal intenta dar una mayor presencia en su colección al arte del siglo XX

La compra de un cuadro de Eduardo Arroyo valorado en cinco millones de pesetas para el Museo Municipal ha provocado la protesta del Grupo Popular, ante la política de adquisiciones para el patrimonio artístico municipal, en la que se emplean unos 12 millones al año; un patrimonio cuyas obras más importantes se encuentran en el citado museo que, pese, a poseer 32.000 piezas, cuenta, en proporción, con pocas obras del siglo XX. Con respecto al resto del patrimonio, repartido por las diversas dependencias municipales, el pasado año se realizó un inventario completo que puso al descubierto bustos, acuarelas y cerámicas de las que no había ninguna constancia escrita.

"La situación era totalmente irregular. No estaban inventariadas las obras repartidas por las dependencias ni dependían específicamente de nadie", dijo Enrique Moral, concejal de cultura. Para terminar con esta situación, Moral encargó la realización de un inventario a José María Bernáldez, hoy director del archivo de la Villa, quien, ayudado por un funcionario y, a lo largo de cuatro meses, recorrió despachos, salas y buhardillas de diversas dependencias municipales tomando nota de toda pieza con valor artístico."No sólo se reflejó en un solo documento todo este patrimonio sino que también sirvió para hallar piezas cuya existencia no se conocía", dice Moral. En unos altillos de la Casa de la Villa se encontraron, por ejemplo, 10 bustos de bronce, de los que uno representaba a Perico Chicote, tres a Franco, otros tres a José Antonio Primo de Rivera y otros tantos eran del entonces príncipe don Juan Carlos.

"Las acuarelas, por ejemplo, no estaban catalogadas porque no se consideraban obras de arte, a pesar de ser de las mejores. Muchas las encontramos enrolladas en la escuela de cerámica. La razón es que allí se celebraron certámenes y, acabados estos, allí quedaron olvidadas". Junto a las acuarelas se han incorporado al patrimonio óleos, relojes y muebles que estaban "desde siempre" en los lugares donde fueron inventariados.

"Una vez hecho el inventario, se ha decidido que al menos un centenar de piezas pase al museo, entre ellas obras de tanta importancia como el San Dámaso, atribuido a Palomino, que estaba en el despacho del secretario general. Se sigue así la política iniciada hace unos años, cuando se ordenó que piezas de tanta importancia como la custodia de plata o el cuadro de la Alegoría de la Villa de Madrid, de Goya, fueran llevados de la Casa de la Villa al museo". Quedarán todavía en la Casa de la Villa, por sus características, cuadros como El Tres de mayo 1808, de Palmaroli, o el óleo de La Crucifixión, de Francisco Rizi, situados ambos en el salón Goya.

Esta política de enviar las principales piezas al museo es, sin embargo, criticada por el Grupo Popular. "Obras de la importancia de la custodia o el cuadro de Goya tendrían que volver a las dependencias municipales, que reciben más visitas que el museo. Sacar estas obras de su contexto no ts correcto, y dejar una copia, como ocurre con el lienzo de Goya, es ridículo si se tiene en cuenta que a la Casa de la Villa van hasta jefes de Estado", dijo José María Álvarez del Manzano.

Labor de restauración

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Si sobre la ubicación de las piezas no hay acuerdo, no ocurre lo mismo con la labor de restauración realizada. Aún se recuerda cuando al abrir el museo, en 1979, se encontraron los óleos con rotos y rayas producidas por estar guardados en el interior de jaulas de madera con los clavos vistos o los grabados pegados con papel adhesivo. Mercedes Agulló, directora del Museo Municipal, afirmó que una gran parte de la restauración realizada se ha hecho aprovechando las exposiciones celebradas en los últimos seis años tanto en las salas del museo como en otras exposiciones hechas en España o el extranjero. Se calcula que de esta forma se ha catalogado y restaurado el 60% de los fondos del museo, que cuenta con unas 32.000 piezas, de ellas 14.000 grabados y el resto repartido entre restos arqueológicos, óleos, dibujos, acuarelas, esculturas, porcelanas, maquetas, armas, abanicos, monedas, tapices y tarjetas postales, entre otros.No obstante, según los responsables, la labor no ha terminado. No se ha logrado todavía contar con una catalogación en detalle de todos los fondos del museo, e incluso la labor iniciada hace siete años para dotar a cada ficha de la correspondiente fotografia aún tardará en concluirse bastante, según Agulló. "Eso no quiere decir que no tengamos una referencia de cada objeto, pues de todas y cada una de las piezas tenemos nuestra ficha. Otra cosa es que se haga una catalogación tan minuciosa como la que se hizo con los primeros 2.500 grabados de nuestra colección. Ahora se está procediendo a una labor similar con el resto de las estampas, así como con los óleos".

Lo que sí es cuestionado es la política de adquisiciones. El antiguo patronato que regía el museo tenía como norma no comprar ninguna obra posterior a 1875. "El vacío dejado por esta decisión tenía que ser llenado y así hemos acudido a particulares y a subastas, además de comprar obra contemporánea a través de exposiciones, sabiendo que se tardará mucho en cubrir esta deficiencia", dijo Moral. De la misma opinión es Mercedes Agulló, que se pregunta cómo es posible que un museo municipal no tenga ninguna obra de pintores como Juan Gris o Solana. Actualmente se dedican 40 millones a la celebración de exposiciones y unos 12 millones a adquisición de obras.

"Debería haber una comisión de expertos para decidir sobre las obras a comprar o por lo menos que el tema fuera discutido en la comisión de cultura. El criterio de un concejal no es suficiente, y el hecho de estar al albur de una persona hace que las adquisiciones sean muy arbitrarias", afirmó, Álvarez del Manzano.

La compra de uno de los cuadros expuestos por Arroyo en la Fundación Santillana, perteneciente a la serie Madrid-París-Madrid, es criticada por el portavoz del Grupo Popular. "Es cierto que debe haber obra de pintores modernos, pero, aunque no tenemos nada contra Arroyo, de este autor tenemos ya en el museo una obra muy discutible -Diferentes tipos de bigote reaccionario español o varios aspectos del Sindicato de Actividades Diversas-, por lo que volver a insistir sobre este pintor no nos parece lógico. Todo ello es resultado de la falta de un criterio rector", dijo el portavoz del Grupo Popular.

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