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'Doña Rosita' cumple 50 años de soltería

La obra de Federico García Lorca Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores se estrenó en Barcelona, con carácter mundial, el 12 de diciembre de 1935. La protagonista de la obra fue Margarita Xirgu, y el director de la compañía Cipriano Rivas Cherif.[Hace cinco años la retomó Nuria Espert, que la ha representado en el montaje de Jorge Lavelli por toda España y por varios países del mundo y que considera que ésta es "una de las más bellas y perfumadas" obras de Lorca, "de una profundidad encubierta, como la de Chéjov"].

José Moreno Villa, bibliotecario del Palacio Real, le descubrió al poeta un libro de botánica del siglo XVIII en el que se describía la rosa mutabilis. Una rosa singular que al abrirse es roja, intensifica su color en plena eclosión y va empalideciendo cuando empieza a marchitarse, hasta volverse blanca. Por Lorca sabemos que, cuando el amigo le acabó de contar "...el cuento maravilloso de la rosa", ya tenía hecha su comedia. "Se me apareció", dice, "terminada, única, imposible de reformar. Y sin embargo no la he escrito hasta 1935. Han sido los años los que han bordado las escenas y han puesto versos a la historia de la flor".

El argumento lorquiano surgió de la imagen de los tres tiempos de la vida efímera de la rosa. El poeta vio en la historia de la rosa mutabile, como él la llamó, el oscuro drama de la soltería de las muchachas españolas sacrificadas por el medio social que condicionaba el futuro de sus vidas a una virginidad estúpida, que esterilizaba sus ilusiones y su alegría de gozar. El poeta no dudó en hacer de Granada su escenario. Evoca la Alhambra, la Puerta de Elvira, con sus manolas, "...las que se van a la Alhambra, / las tres y las cuatro solas.../ Pero en el mundo hay galanes que se tapan con las hojas".

Elementos de una realidad directa constituyen la base del acto creador de Lorca. Podía ponerlo en marcha una imagen, una romería de tradición religiosa aunque de,origen pagano o la lectura en la Prensa de un crimen pasional, que su audacia dramática convertiría en Bodas de sangre. Luego, al cabo de los años -11 transcurrieron desde el momento que concibió la idea de Doña Rosita- sometido el proyecto a un proceso creativo, la realidad quedaba transformada en pura materia dramática.

El nudo sentimental de Doña Rosita pertenece a una vivencia amorosa protagonizada por una prima del autor, Clotilde García Picossi. Esta mujer se identificó con el personaje, desvelándonos su secreto hace tan sólo unos años: su novio, primo hermano, se le fue al argentino Tucumán y allí se casó con otra; ella lo esperó durante mucho tiempo. Doña Clotilde nos descubrió también otras anécdotas de su juventud que andan incorporadas al acervo del mundo dramático lorquiano. Desde niños, los dos primos estuvieron muy unidos; de su mano salió el poeta por primera vez a un escenario, cuando tenía tres o cuatro años, a actuar de comparsa en la zarzuela La alegría de la huerta, en unas funciones de aficionados, en Fuentevaqueros. Doña Clotilde pasaba una buena parte del año en su huerta del Tamarit, cercana a la huerta de San Vicente, en la vega de Granada, residencia veraniega de la familia García Lorca.

Personajes de la realidad

En Doña Rosita existen otros personajes surgidos de la realidad que aparecen con sus propios nombres, como son los profesores Don Martín, de preceptiva literaria; Don Canito, que protagoniza una anécdota real, y Manuel Consuegra, de latín, todos ellos profesores de Lorca. También fueron reales los personajes de las manolas y las ayolas. "Con Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores", declaró, "he querido realizar un poema de mi infancia en Granada, en el cual salen criaturas y ambientes que yo he conocido y sentido".

El dramaturgo anticipó que su comedia. sobre la cursilería española y provinciana haría reír a las nuevas generaciones, pese a que en ella latía un gran dramatismo social. Su preocupación por tantas existencias estériles, que se consumen esperando al hombre, el gran problema de las incontables Rositas, se tradujo en este tratamiento escénico: "Encarnación, de vida tranquila, en apariencia, y consumida interiormente, es una muchacha de Granada que poco a poco se vuelve esa cosa emocionante y grotesca Ramada una solterona".

El día del estrenó de la obra el dramaturgo declaraba al diario barcelonés L´Humanitat: "Éste es el drama profundo de la solterona andaluza y española en general. España es el país de las solteronas decentes, de las mujeres puras, sacrificadas por el ambiente social que las rodea".

Lorca cuidó la puesta en escena, desde la música hasta el mobiliario, que él "sino eligió en el anticuario de Conrado Verdaguer, en la calle de la Paja. La partitura, escrita por el poeta, mecía las ensoñaciones de Doña Rosita a ritmo de vals, para recrear la atmósfera irreal, de falsa ilusión, en que se movía el personaje.

Doña Rosita se estrenó en el teatro Principal de las Ramblas. Xirgu, la protagonista de la obra, recibía diariamente, desde la primera representación, un ramo de flores, sin tarjeta ni remitente. Era el obsequio de las floristas de las Ramblas. La actriz y el autor, ante aquel gesto de delicadeza y simpatía, dedicaron una función extraordinaria a aquellas mujeres de "...risa franca y manos mojadas, donde tiembla de cuando en cuando el diminuto rubí causado por la espina", en palabras que el poeta les dedicó desde el escenario.

El gesto conmovió a Lorca. En su ofrenda floral veía un acto revolucionario. Así se lo confesó a Arturo Serrano Plaja al día siguiente, cuando se encontraron en el puerto barcelonés, en un crepúsculo de brumas y sirenas de buques: "...Esto es la revolución: los sindicatos de floristas vienen a traerme ramos de flores a mí, al poeta. ¿Te das cuenta de lo que es eso?". "Y eso, que entonces me pareció excesivo el calificarlo de revolución", escribió Serrano Plaja en 1937, "era, efectivamente, la revolución, la revolución y algo más: su sentencia a muerte. A Federico le han fusilado por eso, porque el pueblo le quería y le hacía homenajes y porque las floristas de las Ramblas le llevaban flores".

Antonina Rodrigo es autora de Lorca, amigo de Cataluña.

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