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Reacción favorable de la banca y de los países deudores a la propuesta de EE UU

La gran banca comercial y la mayoría de los países deudores, así como las principales naciones industriales, reaccionaron ayer de una manera mucho más favorable que lo que se anticipaba al plan norteamericano para inyectar 29.600 millones de dólares de dinero fresco (20.000 millones de los bancos y 9.600 de las instituciones multilaterales) en los países más endeudados del Tercer Mundo.

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Si bien la acogida favorable a la propuesta estadounidense fue general, muchas de las reacciones positivas matizaban que será necesario experimentar primero cómo funciona el programa en un país concreto (quizá México o Argentina) antes de abrazarlo de forma definitiva.Sólo Perú, cuyo presidente Alan García mantiene que sólo pagará un 10% de los ingresos por exportaciones en concepto de servicio de deuda, expresaba dudas sobre el programa. norteamericano, quizá porque, según dijo un portavoz, existen indicios fundamentados para "sospechar nuestra exclusión". El representante peruano, Luis Alba Castro, vicepresidente y ministro de Economía, insistirá hoy, en su discurso ante la asamblea del FMI y del Banco Mundial, en la posición de su país de negociar directamente con la banca, sin aceptar la supervisión del Fondo Monetario.

Una de las condiciones del programa de Estados Unidos para asistir a las naciones deudoras es precisamente que los Gobiernos interesados negocien previamente acuerdos con el organismo mundial y sometan su política económica al dictamen de sus expertos, con el fin de asegurar la implantación de programas de ajuste en estas naciones.

La otra cara de la moneda la ofrecieron dos de los países más endeudados de América Latina, Brasil y México. El ministro brasileño Dilson Funaro cambió su reacción inicial (primero calificó el programa de tímido y luego de positivo, una vez que el secretario del Tesoro de EE UU, James Baker, se tomara la molestia de explicárselo en detalle. Algo parecido sucedió con los representantes mexicanos, cuyo silencio en esta asamblea anual del FMI (Silva Herzog pronunció un discurso muy anodino) ha sorprendido a todos. La posición argentina se guardaba con celo hasta que su ministro intervenga, hoy o mañana, ante el plenario.

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