Las dos Coreas, sin acuerdo para compartir los Juegos Olímpicos de 1988
Los comités olímpicos de Corea del Sur y Corea del Norte, tras dos días de reuniones en Lausana, sede del Comité Olímpico Internacional (COI), no llegaron a un acuerdo para compartir la organización de los Juegos de 1988, concedidos por el COI a Seúl, capital surcoreana, hace siete años, en Baden-Baden. En el comunicado final se anunció la necesidad de nuevas entrevistas con los dos países los días 8 y 9 de enero del próximo año en la misma ciudad suiza.Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, que consiguió reunir en la misma mesa a los representantes de las dos Coreas, se mostró satisfecho y firme a la vez: "Encontramos la colaboración de las dos delegaciones y esperamos llegar a un acuerdo en enero, respetando la Carta Olímpica y los compromisos de las sesiones del COI celebradas hasta ahora. La reunión fue convocada para estudiar las condiciones que permitirían el mayor compromiso del pueblo coreano en los Juegos".
Samaranch presentó el comunicado final a la Prensa y respondió a las preguntas de un centenar de periodistas, la mayoría asiáticos. El presidente del COI aseguró: "No hubo exigencias por parte de Corea del Norte, sino peticiones que hemos estudiado y estudiaremos, aunque nuestra posición es clara, pero dejando la puerta abierta a la negociación. El COI no ha hecho propuestas; nosotros sólo buscamos la fórmula para interesar a todo el pueblo coreano en los Juegos Olímpicos".
El máximo representante olímpico de Corea del Sur, Chong Hakim, se limitó a insistir en que la Carta Olímpica otorga a la capital de su país los Juegos: "Nunca había oído decir que deberían compartirse entre dos ciudades". Por su parte, Chung Gukim, vicepresidente del comité de Corea del Norte, resaltó que su propuesta de Juegos Olímpicos conjuntos, al 50%, era "realista y razonable", además de "contribuir a resolver los problemas mutuos y pacificar la atmósfera para la reunificación de nuestro pueblo".
Según todas las previsiones, la futura solución será la concesión de algunas pruebas a Corea del Norte, sin que ello suponga ir fiagrantemente contra la Carta Olímpica, reglamento que prohibe la disgregación.
