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México, tras la catástrofe

La posibilidad de supervivencia marca el orden de prioridades en el rescate de heridos

Inmediatamente después de producirse un terremoto, el primer problema que se plantea es el rescate de los heridos y el establecimiento del orden de prioridades a la hora de practicarles los primeros auxilios y los hospitales. Un porcentaje muy elevado de víctimas -producidas generalmente por asfixia y politraumatismos- podría salvarse con un adecuado plan de emergencia, según afirma Alfonso Andériz, especialista en reanimación y secretario técnico de la Sociedad Española de Medicina Catastrófica, quien indica también que la patología típica de los terremotos es el politraumatismo.

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"La normativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para determinar el orden de prioridades que debe seguirse a la hora de rescatar, reanimar y trasladar a los heridos a los centros hospitalarios establece que debe primar el criterio de las posibilidades de supervivencia", dice Andériz, y explica que la necesidad de establecer un orden de este tipo se debe a que "la medicina de catástrofes se caracteriza por contar con medios escasos y tener que atender a gran número de víctimas. Por eso, la prioridad de tratamiento no es la misma que en los hospitales, donde tiene preferencia el enfermo más grave.En un terremoto, al igual que en cualquier otra catástrofe, con escaso personal sanitario para atender a un gran número de víctimas, el herido gravísimo, que tiene pocas posibilidades de vida, es el último que se atiende. Los primeros que se rescatan son aquellos cuya vida está en peligro y que, si se atienden a tiempo, tienen grandes posibilidades de supervivencia. Andériz reconoce que "es muy duro tener que tomar este tipo de decisiones, pero están en juego muchas vidas humanas y lo que prima en este caso es el interés de la colectividad".

Para que quede constancia de esta selección, los heridos son identificados por medio de tarjetas de distintos colores. La prioridad primera en evacuación durante los terremotos se indica con una tarjeta roja. Comprende los casos de problemas respiratorios no corregibles en el lugar: paro cardiaco, hemorragia de más de un litro, pérdida de conciencia, heridas penetrantes torácicas o abdominales y fracturas graves.

"La patología típica del terremoto es el politraumatismo, que sufren entre el 80% y el 90% de los heridos. Se trata, generalmente, de fracturas de huesos y lesiones internas (traumatismos torácicos, hepáticos, del bazo y craneoencefálicos), porque normalmente el herido ha estado enterrado o cubierto por materiales que lo aplastan. Por otra parte, esta situación va a producirle problemas psíquicos en el futuro que requieren tratamiento psiquiátrico", indica el especialista.

La segunda prioridad es la que se indica con la tarjeta verde. En el caso de los terremotos se refiere fundamentalmente a las hemorragias con una pérdida de sangre que oscila entre 500 y 1.000 centímetros cúbicos, lesiones dorsales con o sin daño en columna vertebral y heridos conscientes con daño craneoencefálico importante. Para la tercera prioridad se utiliza la tarjeta amarilla, que indica lesiones menores, lesiones craneales de diferente tipo cuando el paciente está inconsciente y lesiones de columna vertebral con ausencia de sensibilidad y movimiento. También incluye a los pacientes de más de sesenta años con lesiones mayores. Por último, la tarjeta negraindica que la persona está muerta.

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"Según indica Alfonso Andériz, la labor prioritaria del médico en las situaciones de catástrofe es el rescate de los supervivientes y el tratamiento de los heridos. Lo más urgente es asegurarse de que la víctima respira, procurarle una vía de respiración, y también taponar la herida para evitar una hemorragia. Además, hay que reponerle la sangre que ha perdido y trasladarle al hospital. El problema de la reanimación es que en estos casos contamos con muy pocos medios para asegurar esta supervivencia".

Riesgo de tifus

Cuando se solucione el problema del rescate de los heridos, y su traslado a los centros hospitalarios, hay que enfrentarse a otra serie de complicaciones derivadas de los daños materiales provocados por el terremoto. "Lo primero que hay que hacer ahora en México es vacunar a la población contra el tifus, porque existe un gran riesgo de que se produzca una epidemia", indica Andériz. Los terremotos constituyen la catástrofe natural que origina mayor número de lesiones graves que requieren atención intensiva; también ocupan el primer lugar en cuanto al número de muertos que ocasionan, junto a los maremotos y las inundaciones súbitas.

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