Moscú ofrece reducir un 40% su armamento estratégico si EE UU 'congela' la SDI
La URSS está dispuesta a reducir sus misiles y bombarderos estratégicos hasta en un 40% a lo largo de cinco años si Estados Unidos renuncia a toda prueba relacionada con la guerra de las galaxias en el mismo período de tiempo, según el diario norteamericano The Boston Globe.
Esta oferta forma parte de un proyecto de acuerdo de desarme que considera igualmente "una reducción radical" de los misiles soviéticos de alcance intermedio e inspecciones sobre el terreno, según ha declarado al rotativo de Boston un diplomático, cuyo nombre no se indica, de un país socialista. La URSS busca, según el rotativo, lograr un acuerdo de principio sobre estas propuestas durante la cumbre soviético-norteamericana de noviembre en Ginebra. Los detalles de este pacto serían ultimados con posterioridad.
Según altos funcionarios norteamericanos consultados por el periódico, las propuestas adelantadas por el diplomático son las más detalladas presentadas hasta el momento de lo que puede ser la postura soviética en las negociaciones de desarme.
A cambio de acuerdo en Ginebra los soviéticos estarían dispuestos a realizar "avances sustanciales" en áreas tales como los derechos humanos, las relaciones bilaterales y los conflictos existentes en diversas regiones de la Tierra, de acuerdo con lo manifestado por el mismo diplomático.
La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), nombre oficial de la llamada guerra de las galaxias, no contará con el apoyo de Canadá, según el primer ministro canadiense, Brian Mulroney. "Tras cuidadosa y detallada consideración, el Gobierno de Canadá ha llegado a la conclusión de que la política y las prioridades de Canadá no necesitan un compromiso de Gobierno a Gobierno de apoyo a la investigación de la SDP. Mulroney dejó claro, sin embargo, que su Gobierno no se opondrá a que las empresas privadas canadienses traten de conseguir contratos en el programa de investigación de la SDI, valorado en más de cuatro billones de pesetas. Canadá es el tercer país de la OTAN en declinar la participación en la SDI. Antes se manifestaron en contra Noruega y Francia. Los restantes países han retrasado su pronunciamiento.
