Saber a dónde se va

Una buena documentación previa evita perderse lo mejor de los viajes

Nadie duda de la utilidad de los mapas cuando se viaja en solitario. Pero también son imprescindibles en un viaje organizado si se quiere aprovechar al máximo el tiempo libre. Una buena guía da las claves para comprender una ciudad y poder recorrerla, y también las indicaciones sobre los restaurantes o los cafés más tradicionales o más populares. Las principales colecciones extranjeras de guías son las Baedecker, la del Touring Club en italiano, las Guías Azules, las Michelin (verdes y rojas, complementándose mutuamente), las guías Nagel y las Delta en francés. Sobre Asia, la más completa es l...

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Nadie duda de la utilidad de los mapas cuando se viaja en solitario. Pero también son imprescindibles en un viaje organizado si se quiere aprovechar al máximo el tiempo libre. Una buena guía da las claves para comprender una ciudad y poder recorrerla, y también las indicaciones sobre los restaurantes o los cafés más tradicionales o más populares. Las principales colecciones extranjeras de guías son las Baedecker, la del Touring Club en italiano, las Guías Azules, las Michelin (verdes y rojas, complementándose mutuamente), las guías Nagel y las Delta en francés. Sobre Asia, la más completa es la colección All Asia Guide y sobre África, la francesa Guie Turistique de L'Afrique. Para informaciones curiosas, muy prácticas y poco usuales, las Guides du Routard -y su adaptación española en las Guías del Trotamundos- son de bastante valor, aunque flaquean en los aspectos culturales. En España existen dos colecciones de gran calidad que escasamente se pueden calificar de guías por su enorme formato, editadas por Destino y Espasa-Calpe. Son de autores consagrados, pero no incluyen datos prácticos para el viaje.Fronteras y aduanas

Más información

Además, se puede optar por las guías Everest, de calidad muy irregular, las guías provinciales de Viajar (desgraciadamente una colección incompleta) y las Guías Secretas, en bastantes casos algo desfasadas en lo referente al contenido más práctico. Además, hay también guías gastronómicas -como la Gourmetour- y otras especializadas en aspectos parciales.

Lo primero antes de viajar, pasaportes, visados y certificados de vacuna -en el caso de que sean necesarios- en regla. Lo segundo, pedir información en una agencia de viajes o en el consulado del país de destino sobre las restricciones aduaneras. Por ejemplo, el alcohol y el tabaco suelen pasarse por alto en las aduanas, pero no siempre es así. Sobre todo si se viaja a un país islámico la información sobre las bebidas alcohólicas no estará de más. Los productos alimenticios y las plantas pueden ser también motivo de problemas a causa de las medidas higiénicas encaminadas a evitar el posible tráfico de gérmenes y de enfermedades contagiosas. Por lo demás, conviene rellenar concienzudamente los formularios de la declaración de objetos, sin olvidar el anillo o el reloj que quizá lleva puestos el viajero, y desde luego la cámara fotográfica. Si se viaja con medicamentos no es conveniente llevarlos en un pastillero de bolso, ya que podrían ser tomados por una droga. Es preferible transportarlos en su envase original.

El dinero

Aunque el dólar es una moneda fuerte en todas partes, conviene informarse sobre su aceptación en el país de destino; también es aconsejable conocer la cotización de otras divisas. Además de ello, el recurso a los cheques de viaje es francamente aconsejable, aunque sin olvidar que una parte del presupuesto debe ir en moneda local para los pequeños gastos. En algunos países es obligatorio llevar un certificado de que se ha recurrido al cambio oficial, aunque por supuesto siempre es posible hacerlo con una pequeña parte del dinero y cambiar el resto en el mercado negro. En ocasiones los propios guías proporcionan información sobre este tipo de transacciones, en las que hay que ser sumamente cauteloso. Aunque parezca mentira, cualquiera puede ser víctima de un timo.

La salud

En los climas tropicales las diarreas y las picaduras de mosquito pueden poner una nota lamentable en el viaje, aunque es preciso reconocer que ambos problemas son de prevención bastante fácil. Antes de que aparezcan los síntomas es aconsejable tomar agua embotellada y rociarse con alguna colonia repelente de insectos. En cuanto a las comidas locales, generalmente no vale la pena privarse de ellas, aunque a veces sí es preferible rechazar las ensaladas o cualquier alimento crudo. En las ciudades con una mínima infraestructura turística siempre hay cafeterías donde sirven emparedados y platos occidentales, pero lo cierto es que sería un error ceñirse a un menú limitado habiendo buenos restaurantes de cocina autóctona.

Las insolaciones son también algo temible, pero un simple sombrero y un poco de prudencia son suficientes para evitarlas. Si se viaja por España o por algún país con el que exista un acuerdo entre el Insalud y sus establecimientos sanitarios, no olvidar el talonario de desplazamientos de la Seguridad Social.

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