Un esquiador reclama 25 millones a la estación de Baqueira Beret

Ricard Tarré Penales, de 45 años de edad, comerciante, afincado en Barcelona, ha presentado ante el Juzgado de Primera Instancia de Viella (Lérida) una demanda civil contra la estación de esquí de Baqueira Beret Sociedad Anónima y contra su empresa aseguradora La Catalana Compañía de Seguros Sociedad Anónima, reclamando 25 millones de pesetas, en concepto de indemnización por las lesiones sufridas el 24 de enero de 1981.El demandante asegura que el personal y la dirección de la estación de esquí son responsables por no haber adoptado las medidas necesarias para que se evitara el accidente. Afi...

Ricard Tarré Penales, de 45 años de edad, comerciante, afincado en Barcelona, ha presentado ante el Juzgado de Primera Instancia de Viella (Lérida) una demanda civil contra la estación de esquí de Baqueira Beret Sociedad Anónima y contra su empresa aseguradora La Catalana Compañía de Seguros Sociedad Anónima, reclamando 25 millones de pesetas, en concepto de indemnización por las lesiones sufridas el 24 de enero de 1981.El demandante asegura que el personal y la dirección de la estación de esquí son responsables por no haber adoptado las medidas necesarias para que se evitara el accidente. Afirma además que su lesión se agravó porque en aquellas fechas eran insuficientes los servicios de protección, socorro y asistencia de la estación

A raíz del accidente, Ricard Tarré sufrió unas lesiones que tardaron 372 días en curar, quedándole como secuela una paraplejia de las extremidades inferiores, con pérdida del control voluntario de las funciones urinarias y de evacuación, así como de las funciones genitales. Los médicos opinan que estas secuelas son "irreversibles" y suponen una "incapacidad permanente absoluta".

El percance, según se recoge en la demanda, acaeció el 24 de enero de 1981, cuando un grupo inició un descenso por la pista 12-b y siguiendo por la 14, cuyos últimos 500 metros se hallaban totalmente helados, cayó Tarré y alguno de sus compañeros. Su cuerpo se deslizó, despeñándose por el barranco que forma un río. El esquiador, que perdió el conocimiento, cayó al agua y logró salvar la vida gracias a que una esquiadora consiguió mantenerle la cabeza fuera del agua.

Las reclamaciones planteadas con anterioridad por el lesionado han sido reiteradamente desoidas por la dirección de la estación.