Reportaje:

La fotografía irrumpe en las salas de pintura

Schommer, Daniel Canogar, Gardans, Sama y Momeñe inauguran exposiciones en Madrid

Cuatro galerías madrileñas inauguraron ayer exposiciones dedicadas a la fotografía: Alberto Schommer, en Juana Mordó; Daniel Canogar, en Aele; Xavier Guardans y Valentín Samia, en Alenlon, y Eduardo Momeñe, en Tórculo. En los próximos días, otros locales tienen previsto también dar cabida a una forma de expresión artística que ha venido sufriendo una cierta marginación respecto a la pintura o la escultura. El acontecimiento es considerado por estos artistas como una recuperación de su lenguaje y forma de creación

Algunas de las galerías madrileñas que a lo largo de este mes de marzo tie...

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Cuatro galerías madrileñas inauguraron ayer exposiciones dedicadas a la fotografía: Alberto Schommer, en Juana Mordó; Daniel Canogar, en Aele; Xavier Guardans y Valentín Samia, en Alenlon, y Eduardo Momeñe, en Tórculo. En los próximos días, otros locales tienen previsto también dar cabida a una forma de expresión artística que ha venido sufriendo una cierta marginación respecto a la pintura o la escultura. El acontecimiento es considerado por estos artistas como una recuperación de su lenguaje y forma de creación

Algunas de las galerías madrileñas que a lo largo de este mes de marzo tienen previsto prestar una atención especial a la fotografía son Juana de Aizpuru, con una muestra titulada Fotógrafos de Moda; Moriarty, con Alberto García Alix; Ovidio, con Luis Pérez Mínguez; Buades, con Javier Campano, o Madrid-Exprés, con Marga Clark.Alberto Schommer expone en Juana Mordó dos series tituladas Fermento y Máscaras, realizadas a lo largo de los dos últimos años. En Fermento, Schommer muestra un estudio de una región- del sur de España a base de 67 originales en color, en cibacrome, con formatos pequeños de-24 por 16 centímetros y de 30 por 22. "Es un reportaje", explica Schommer, "manipulado en un 50%. En las restantes fotografías se recogen momentos que hablan por sí mismos, y he tratado de captar al hombre en toda su dimensión: frente a sí mismo, frente al amor, con sus santos, con sus misterios".

La otra serie recoge, bajo el título de Máscaras, la "morfología sin alma" de 34 personajes conocidos en el mundo del arte y de la cultura. "Son retratos de identidad en los que he querido que quedara reflejado el rostro sin ninguna visión panorámica. Voy a hacer una segunda serie de máscaras con gentes de la calle que será una morfología del pueblo". Cada uno de estos retratos se vende al precio de 30.000 pesetas, mientras que los trabajos de la serie Fermento cuestan entre 30.000 y 25.000 pesetas, según el tamaño.

Alberto Schommer considera que la entrada de la fotografía en las galerías supone una "recuperación del tiempo perdido de la fotografía en el mundo del arte, junto a expresiones tales como la pintura o la escultura. Hasta ahora estas exposiciones se hacían raras veces -Helga Alvear, propietaria de la galería, no recuerda cuándo se hizo otra exposición en su local- y sin sentido lucrativo. Ahora esto está cambiando, y yo, artísticamente, me disgustaré mucho si cuando se clausure la muestra no se han vendido las fotografías".

Helga Alvear añade que, por su parte, la fotografía va a quedar ya asimilada a la galería. "Aquí se van a poder encontrar permanentemente portafolios de Schommer y de otros fotógrafos que vengan aquí a exponer sus trabajos".

Desde lo alto

En la galería Aele expone Daniel Canogar su serie Brownie Hawkeye, el nombre de la misma cámara que hace unos años compró en un rastrillo por 500 pesetas y con la que ha realizado las fotografías que integran la exposición. Toda la serie acaba de ser expuesta en la galería Studio Ethel, de París.Este madrileño, de 20 años y 1,93 de estatura, cuenta que las fotografías que ahora se pueden ver en Madrid han sido realizadas durante el último año. "Hacía todo tipo de fotografías", explica, "y, de repente, me vino uno de esos días en los que te sientes cansado y harto. Me senté en el suelo con la cámara y descubrí todo un mundo con una, perspectiva nueva".

Desde esa perspectiva lograda desde el suelo, Daniel Canogar fotografió todas esas cosas en las que hacía mucho que no había reparado: pies, piernas, caras de niños o rejillas del metro que hasta entonces no había apreciado. "Quería hacer mendigos, pero me quedé impresionado con el suelo de Madrid. Es algo fascinante y me emocioné".

Adernás del suelo casi recién descubierto, Daniel Canogar explica que le interesa mucho el trabajo de investigación documental y social. "Me preocupa la exploración de un medio tan joven como éste y conocer su evolución a lo largo de sus poco más de 150 años de existencia".

Una fotografía de Daniel Canogar cuesta 12.000 pesetas. "Yo, de momento, vivo de este trabajo, pero tampoco tengo muchos gastos. Me parece ideal que la fotografía entre en las galerías al mismo nivel que la pintura. Esto ocurre ya en muchos países y me parece muy bueno que así sea".

Evelyn Botella, propietaria de la galería Aele dice que la entrada de la fotografía no es nueva en su sala. "Hemos hecho anteriormente varios trabajos y nuentra intención es aumentar el número".

Arte coleccionable

La exposición inaugurada ayer en la galería Alençon recoge la obra de dos artistas de la fotografía: el barcelonés Xavier Guardans, de 30 años, y el madrileño Valentín Sama, de 39. Es la primera vez que esta galería acoge una exposición fotográfica, y sus propietarias, Carmen Gamarra e Isabel Garrigues, aseguran que a partir de ahora esta presencia no será excepcional y que al menos una vez al año repetirán esta iniciativa.Las fotos de Guardans, realizadas en blanco y negro, recogen imágenes de objetos y personas que han llamado la atención del artista. Frente a estos trabajos se muestran las fotografías de Sama, quien ha traído una muestra de retratos de hortalizas y flores realizados en color durante los dos últimos meses.

"Es una oportunidad magnífica para recuperar el espacio perdido en las galerías, tanto por nosotros como por el público amante de esta forma de expresión. Es un arte coleccionable que debe tener una gran aceptación entre los compradores", dice Valentín Sama.

Con un optimismo semejante habla la fotógrafa madrileña afincada en Nueva York Marga Clark, de 40 años, quie el próximo día 14 expone en Madrid Exprés la serie titulada Transformaciones, y el día 21 presenta al público su primer libro de fotografía, titulado Movimiento estático. "Todo este movimiento y estas exposiciones me parecen muy interesantes, porque hasta ahora la fotografía estaba considerado como un arte menor. Para mí es el medio de expresión más creativo, porque me da la posibilidad de trabajar con nuevos lenguajes. Pienso que este es un buen momento y se va a beneficiar el mundo del arte".

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