Tribuna:

La estrellita de los emigrantes

País imaginario. Salón de la Presidencia. Estandartes raídos, banderas roñosas, goteras rebeldes. Polvo y telas de araña. Varios tebeos, una caja de cohibas y The Financial Times por el suelo.

Experto en relaciones internacionales (declamatorio). Nuestro país está viviendo una crisis económica pavorosa y no puede soportar el retorno de los emigrantes. Si no tomamos las medidas adecuadas, nos van a invadir cientos de miles de trabajadores. Hay una solución: alquilarlos a Corea del Sur para que trabajen en sus altos hornos.



Economista
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País imaginario. Salón de la Presidencia. Estandartes raídos, banderas roñosas, goteras rebeldes. Polvo y telas de araña. Varios tebeos, una caja de cohibas y The Financial Times por el suelo.

Experto en relaciones internacionales (declamatorio). Nuestro país está viviendo una crisis económica pavorosa y no puede soportar el retorno de los emigrantes. Si no tomamos las medidas adecuadas, nos van a invadir cientos de miles de trabajadores. Hay una solución: alquilarlos a Corea del Sur para que trabajen en sus altos hornos.

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Economista (moderno). Un país del Golfo está dispuesto a recibir a toda esta mano de obra que se nos echa encima... y en condiciones inmejorables. Van a instalarlos en el desierto.

Jefazo del Seguro Social (aliviado). Me quitas una espina... (sobresaltado). Pero... ¿y las mujeres?

Economista (feliz y pedagógico). Serán albergadas en modernísimos palacios orientales, donde serán tratadas con toda dignidad. No consentiremos que en estas mansiones de sueño no se respete su feminidad. Vivirán como sus bellísimas compañeras internacionales.

Experto (eficaz). Entonces tenemos que organizar rápidamente los vuelos que les conduzcan del exilio al Oriente Medio. Hay que impedir que permanezcan más de una hora en la sección de tránsito del aeropuerto de nuestra capital.

Director general (campechano). Y ¿por qué? Yo creo que pueden pasar unos días en el país; claro está, siempre y cuando se les pueda reconocer inmediatamente, de manera que todos sepamos al verlos que no son nacionales de verdad.

Defensor de los desamparados (dignísimo). No aceptaré de ninguna manera que se ponga un sambenito a estos desgraciados. Sería indigno de un Gobierno como el nuestro, que ha devuelto el honor al país.

Director general (simpático). Nada de sambenitos. Llevarán un emblema... una estrellita cosida en la manga con un letrerito en su centro: "Emigrante".

Defensor de los desamparados (reclamón). Exijo que sea muy discreta.

Director general (radiante). Desde luego. ¡No somos salvajes!

Economista (negociante). Gracias a este acuerdo con nuestros amigos del Golfo podríamos quizá venderles nuestro excedente de cebollas.

Defensor de los desamparados (amansado). Estos infelices emigrantes hubieran terminado por quitarme el sueño.

Experto (fascinado). ¡Qué corazón tienes!

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