El pleno de los comunistas chinos debatirá los planes de liberación económica

La reunión del pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino, que se inicia hoy en Pekín, puede marcar una nueva etapa en la progresiva marcha atrás del régimen respecto a la política de planificación de la economía. El objetivo que se persigue es caminar hacia una mayor liberalización económica, según impresiones recogidas ayer en medios diplomáticos de la capital china. La importancia de esta reunión ha sido subrayada estos últimos días por varios dirigentes chinos. Deng Xiaoping no dudó el miércoles, durante la visita del canciller alemán occidental, Helmut Kohl, en calificar de...

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La reunión del pleno del Comité Central del Partido Comunista Chino, que se inicia hoy en Pekín, puede marcar una nueva etapa en la progresiva marcha atrás del régimen respecto a la política de planificación de la economía. El objetivo que se persigue es caminar hacia una mayor liberalización económica, según impresiones recogidas ayer en medios diplomáticos de la capital china. La importancia de esta reunión ha sido subrayada estos últimos días por varios dirigentes chinos. Deng Xiaoping no dudó el miércoles, durante la visita del canciller alemán occidental, Helmut Kohl, en calificar de "una especie de revolución" las reformas que van a producirse. Precisó, no obstante, que hablaba de una "revolución completamente diferente a la cultural". El hombre fuerte del régimen indicó que este proyecto daría "impresionantes resultados de aquí a cinco años".

El orden del día del pleno estará consagrado, según fuentes diplomáticas, a debatir la conveniencia de la aplicación en las zonas urbanas de reformas que ya han mostrado su eficacia en el campo y que se traducirán en una vuelta atrás en la colectivización de hecho de la agricultura china.

El documento aprobado por el pleno se referirá, según las mismas fuentes, a la industria, el comercio y los servicios, así como a los sec tores más sensibles, como la investigación científica, la cultura y la educación. También contendrá un apartado relativo a la reforma del sistema de dirección de las empresas, caracterizado por la concesión de una gran autonomía a los directores.

Esta evolución no evitará que se plantée el problema del poder en el seno de la empresa, es decir, del lugar de los tecnócratas, que son los directores, respecto a los políticos, y más en concreto los secretarios del partido.

En medios diplomáticos se señala que, si bien las dos funciones permanecen actualmente separadas, con preeminencia de la de secretario del partido sobre la de director, están destinadas a confundirese en una sola y el futuro dirigente empresarial chino será un tecnócrata y, además, miembro del partido.

La reforma de los precios hacia una progresiva liberalización debe ser igualmente uno de los puntos capitales del dispositivo.

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Estos últimos días, responsables chinos han asegurado que a partir del año 1985 el número de productos industriales y agrícolas cuyos objetivos de producción estaban hasta ahora planificados será reducido a menos de la mitad. Sus precios continuarán, como hasta ahora, siendo decididos por el Estado, pero los del resto podrán "fluctuar en función de la demanda del mercado".

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