Cartas al director

La declaración de Pujol

Existen, entre otras, dos posibles posiciones o puntos de vista a adoptar respecto al affaire de Jordi Pujol y Banca Catalana. La primera es la que adoptan los incondicionales de Pujol y de CiU, a quienes no tan sólo les deja indiferentes la posibile culpabilidad del presidente de Catalunya, sino que incluso en el caso de que se de mostrara su culpabilidad estarían dispuestos a defender encarnizadamente la tesis de que lo hizo para hacer país. Luego está otra postura, más cerebral y menos visceral, consistente en esperar que la justicia cumpla su cometido y, su poniendo que Jordi Pujol ...

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Existen, entre otras, dos posibles posiciones o puntos de vista a adoptar respecto al affaire de Jordi Pujol y Banca Catalana. La primera es la que adoptan los incondicionales de Pujol y de CiU, a quienes no tan sólo les deja indiferentes la posibile culpabilidad del presidente de Catalunya, sino que incluso en el caso de que se de mostrara su culpabilidad estarían dispuestos a defender encarnizadamente la tesis de que lo hizo para hacer país. Luego está otra postura, más cerebral y menos visceral, consistente en esperar que la justicia cumpla su cometido y, su poniendo que Jordi Pujol fuera declarado culpable de los delitos que se le imputan, pagara su culpa, como ha de pagarla cualquier ciudadano que incumpla las leyes en este país. Esto es lo que se espera de una democracia. A los del primer grupo no hay que convencerles de nada, puesto que bastante convencidos están ya, pero no ocurre así con los del segundo. Quienes se acercan al asunto objetívamente, sin una toma de partido previa, son susceptibles de adoptar prejuicios si no aprecian una acción clara y transparente. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo a raíz de la polémica sobre si la declaración de Jordi Pujo¡ debe efectuarse oralmente o por escrito. Es lógico creer que el mismo Pujol debería ser el primer interesado en facilitar las cosas para que la verdad salga a flote. Esto sería lo normal si el presidente tuviera la conciencia tranquila. Sin embargo, Pujol se obstiña en impedir que la ley siga su curso normal y, de momento, se ha salido con la suya, y ha declarado por escrito. Esto es algo que a muchos nos hace recelar y empezar a creerPasa a la página 10

Viene de la página 9

que Jordi Pujol tiene miedo. Y ya se sabe que quien algo teme...-

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