El Atlético comenzó en crisis el torneo Villa de Madrid

El Atlético comenzó su torneo Villa de Madrid en crisis absoluta. De aficionados, económica y de juego. Todos los elementos se conjuraron anoche en el Vicente Calderón -tormenta y apagón incluidos- para boicotear el espectáculo, ya de por sí escasamente brillante por la falta de luces del fútbol rojiblanco. Muy al final, y sólo de penalti, pudo respirar el equipo de Luis y alcanzar un empate que evitó el fracaso rotundo y, lo que hubiera sido peor, la deserción masiva para los dos encuentros restantes.El Spórting confirmó el alza del fútbol portugués, pese a las ausencias de jugadores tan ...

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El Atlético comenzó su torneo Villa de Madrid en crisis absoluta. De aficionados, económica y de juego. Todos los elementos se conjuraron anoche en el Vicente Calderón -tormenta y apagón incluidos- para boicotear el espectáculo, ya de por sí escasamente brillante por la falta de luces del fútbol rojiblanco. Muy al final, y sólo de penalti, pudo respirar el equipo de Luis y alcanzar un empate que evitó el fracaso rotundo y, lo que hubiera sido peor, la deserción masiva para los dos encuentros restantes.El Spórting confirmó el alza del fútbol portugués, pese a las ausencias de jugadores tan destacados en su esquema como Oliveira y Pacheco. Pero su concepción brasileña del juego, su defensa de cinco elementos en línea, sus tres centrocampistas móviles y bien conducidos por el internacional Sousa -el de la vaselina a Arconada en el campeonato europeo- y la habilidad general y el buen manejo de la bola le dieron una clara superioridad táctica sobre su rival. Para colmo, el veterano meta Damas -36 años- no se ha marchitado aún y frenó las poco convincentes acometidas atléticas, al rechazar, un gran disparo de Landáburu y un buen testarazo de Víctor.

El Atlético intentó comenzar como acabó la temporada anterior, con fútbol raso en busca del desmarque, las paredes próximas al área y las penetraciones desde atrás. Pero se fue abajo a los diez minutos, al recibir el gol. A partir de ahí se mostró impreciso en las entregas, desconcertado atrás con los movimientos de Sousa y Manuel Fernandes, torpe en sus intenciones ofensivas y debilitado en la media por la mala noche de Marina.

Sólo la voluntad de Hugo Sánchez, obligado a recoger balones desde muy atrás, o la posibilidad de un penalti que Damín Rendón negó en primera instancia, ya en la segunda parte, se intuían como únicos recursos salvadores para el equipo de Luis. El Spórting se volvió más conservador, pero llegó a asustar en varios contragolpes bien llevados por el joven Litos y por Sousa, aunque también le faltó mayor precisión en el remate, incluidas dos magníficas vaselinas, arma que los portugueses dominan casi con perfección geométrica.

El Atlético, sin embargo, buscó el empate y lo alcanzó a golpes de reacciones individuales, aisladas, nunca producto de una claridad, de ideas de la que careció en todo momento.

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