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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

La desaparición de Mamede

J. M., La final de 10.000 metros; lisos fue muy similar a la disputada en Helsinki, el pasado 9 de agosto. Tanto allí como aquí, en el Coliseo de Los Angeles, el ganador fue el italiano, Alberto Cova, que volvió a utilizar su fuerza y habilidad para apuntarse al estirón ganador. Todo empezó muy lento. Todos en grupo, todos estudiándose. De pronto, cuando se llevaban recorridos 5.000 metros, el portugués Fernando Mamede, recordman del mundo de la distancia con 27.13.8 1, aprovechó que el pelotón pasaba junto al túnel que hay en mitad de la recta de los 100 y, sin darle tiempo a ninguna de los muchos cámaras que la ABC tiene en el estadio, dio un giro brusco a la derecha y se fue. Había decidido abandonar.

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Y es que Mamede es un atleta que muscularmente no aguanta dos pruebas de 10.000 en tres días. Sus músculos no están preparados para ello. Ya sucedió en Helsinki. Allí ganó su serie, por delante de Cova, con un excelente tiempo (27.45.54). Luego, en la final, acabaría el 142, a 18 segundos de Cova. Ayer, Mamede prefirió ahorrarse los últimos 5.000 metros y esperar a que los organizadores de los grandes reuniones europeas le ofrezcan importantes cantidades para defender su récord del mundo.

Cuando desapareció Mamede, el finlandés Vaino dio el estirón, consciente de que no tenía posibilidades si llegaba a, la última vuelta en grupo. Como en Helsinki, le siguió Cova. Se fueron los dos solos y para el italiano fue coser y cantar.

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