Reagan condena el terrorismo, pero no propone soluciones para el Uster
La despiadada e indiscriminada naturaleza de la violencia terrorista mereció ayer en Dublín la más tajante condena por parte del presidente norteamericano, Ronald Reagan, quien, en cambio, se abstuvo de pronunciarse sobre la fórmula que habría de adoptar la reconciliación pacífica y democrática entre el Ulster británico y la República de Irlanda.No debemos interferir, y no lo haremos, en los asuntos irlandeses, como tampoco recetaremos soluciones", afirmó Ronald Reagan ante el Parlamento irlandés, al tiempo que recordaba la firme postura adoptada por el primer ministro, Garret Fitzgerald, cuan...
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La despiadada e indiscriminada naturaleza de la violencia terrorista mereció ayer en Dublín la más tajante condena por parte del presidente norteamericano, Ronald Reagan, quien, en cambio, se abstuvo de pronunciarse sobre la fórmula que habría de adoptar la reconciliación pacífica y democrática entre el Ulster británico y la República de Irlanda.No debemos interferir, y no lo haremos, en los asuntos irlandeses, como tampoco recetaremos soluciones", afirmó Ronald Reagan ante el Parlamento irlandés, al tiempo que recordaba la firme postura adoptada por el primer ministro, Garret Fitzgerald, cuando visitó Washington en marzo y lanzó un apasionado llamamiento a la sensatez de aquellos ciudadanos norteamericanos que, con sus dólares, apadrinan el terrorismo del IRA (Ejército Republicano Irlandés).
Aunque se estima que las cantidades de dinero han disminuido, aún hoy el IRA recibe importantes fondos de colectas realizadas entre los 40 millones de norteamericanos de origen irlandés. "El ejemplo de convicción y coraje demostrado por Fitzgerald ha podido salvar varias vidas inocentes", había asegurado Reagan la noche anterior, a los brindis de la cena ofrecida por el primer ministro.
En su discurso, Fitzgerald había defendido el reciente informe del nuevo foro irlandés, en el que se expresa "la creencia de los nacionalistas de que la unidad constituye la mejor solución", y la preferencia de que esa unidad adopte la forma de un Estado unitario, con un Parlamento y un Gobierno únicos. Las presiones para que el presidente norteamericano avalara públicamente el informe no llegaron a cuajar, y Ronald Reagan se limitó ayer a afirmar que lo más importante "es que hombres de paz han sido escuchados y se ha discutido su mensaje de reconciliación".
Precisamente ayer, en una entrevista concedida al Dady Express de Londres, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, dejó claro que los únicos que deben decidir el futuro del Ulster son los irlandeses del Norte y el Parlamento británico, y agregaba: "Si no estuviéramos nosotros en el Ulster, habría muchos más muertos".
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