Más dureza y menos eficacia contra el terrorismo

El recrudecimiento del terrorismo durante el primer año de mandato socialista -40 víctimas mortales sobre 37 del año anterior- ha sido contestado por el Gobierno de Felipe González con dureza en la acción policial, no acompañada por un aumento de la eficacia. de la represión. La exclusión de cualquier tipo de negociación con ETA v el envío a las Cortes de una ley Antiterrorista que bordea la Constitución completan las medidas adoptadas en este campo.Frente al planteamiento de la lucha contra el terrorismo contenido en el programa electoral socialista, en el que se combinaba "una cuidada y dete...

El recrudecimiento del terrorismo durante el primer año de mandato socialista -40 víctimas mortales sobre 37 del año anterior- ha sido contestado por el Gobierno de Felipe González con dureza en la acción policial, no acompañada por un aumento de la eficacia. de la represión. La exclusión de cualquier tipo de negociación con ETA v el envío a las Cortes de una ley Antiterrorista que bordea la Constitución completan las medidas adoptadas en este campo.Frente al planteamiento de la lucha contra el terrorismo contenido en el programa electoral socialista, en el que se combinaba "una cuidada y detenida planificación", con medidas "de carácter político, social, internacional y de información y operativa policial dirigidas a conseguir el aislamiento de los terroristas", el Gobierno del PSOE ha puesto el acento en el traslado de etarras a una sola cárcel y en las puras medidas policiales, con un saldo en los 10 primeros meses de 1983 de 203 detenidos, de los que 118 (el 58%) ingresaron en prisión y 85 (42%) fueron puestos en libertad por orden judicial.

La diferencia respecto a 1982, durante el cual se aplicó la ley Antiterrorista a 554 detenidos, de los que 379 (el 68%) pasaron a prisión por orden judicial y 175 (el 32%) fueron puestos en libertad, muestra que las detenciones no contribuyeron al objetivo de aislar a los terroristas. Igualmente, los escasos avances obtenidos en la cooperación de Francia y las actuaciones de policías españoles susceptibles de ser calificadas como guerra sucia tampoco han contribuido a mejorar la situación.

Caben destacar los esfuerzos del Ministerio del Interior para una adecuada formación de los cuerpos de seguridad y una mayor colaboración entre ellos y las policías autónomas, la mejora de la autoprotección y la potenciación de los servicios de información.