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Portugal prepara un recibimiento solemne

El presidente Felipe González y la delegación del Gobierno español que llega hoy a Lisboa para la cumbre socialista ibérica serán recibidos, en Portugal con una solemnidad habitualmente reservada a los jefes de Estado que las autoridades portuguesas pretenden distinguir especialmente.

Nada menos que seis ministros (Asuntos Exteriores, Finanzas, Comercio, Mar, Medio Ambiente y Obras Públicas) y cinco secretarios de Estado integran la representación portuguesa en las negociaciones bilaterales, que serán presididas por el primer ministro, Mario Soares, y el viceprimer ministro, Carlos Mota Pinto.

Mario Soares, que tendrá antes del inicio de las conversaciones un encuentro privado con Felipe González, en la triple calidad de presidente del Gobierno, líder del partido socialista y vicepresidente de la Internacional Socialista, dirige un Gobierno de coalición con el Partido Socialdemócrata y tuvo el cuidado de asociar estrechamente los dos partidos en el poder, en Lisboa a este "acontecimiento histórico" que debe, según las declaraciones oficiales, "abrir una nueva etapa. en las relaciones entre España y Portugal".

Mario Soares y su ministro de Exteriores parecen haberse distribuido los papeles para hablar de la importancia de la cumbre luso española (no quieren oír hablar de cumbre ibérica): el presidente del Gobierno hace de bueno, realzando su propia formación hispanófila y la importancia de mejorar las relaciones entre los dos países. Jaime Gama hace de malo para asumir la defensa intransigente de los intereses nacionales y de la soberanía lusitana contra supuestos atropellos y eventuales afanes proteccionistas del Gobierno.

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