Ejercicio de cinismo

Diario 16El policía municipal Manuel Peronie Díez fue asesinado el viernes en Oyarzun (Guipúzcoa), semanas después de que unos carteles colocados en la parte vieja de San Sebastián, y firmados por Herri Batasuna, le denunciaran y exigieran su depuración.

Si el aluvión de sangre del País Vasco no hubiera colmado la capacidad de asombro de los españoles, este detalle sería suficiente para llamar la atención sobre uno de los aspectos más cínicos del drama que desde hace años nos acosa.

Una coalición de partidos que pretende alcanzar las cuotas de respetabilidad que la sociedad debe a sus representantes se dedica a la denuncia fanática y barriobajera que es saldada después por los pistoleros con un asesinato que sumar a sus hazañas.

¿Cómo se llama eso? ¿Cómo interpretar las intenciones de quienes, lejos de disculpar su provocación, se reafirman en sus métodos de denuncia? ¿Y cómo no establecer una relación entre lo que parece claramente la causa (la denuncia) y el efecto (el asesinato)?

Herri Batasuna, siguiendo con su macabro ejercicio de cinismo, quiere responsabilizar a los medios de comunicación y al PSOE por la información sobre aquellos carteles, mientras subraya sus denuncias. Esta autoimputación, descorazonadora y terrible, merece una respuesta más contundente que la simple denuncia pública y el comunicado de condena.

Madrid, 7 de agosto.