La más importante exhibición del tesoro de los museos vaticanos se expone en Estados Unidos
El Museo Metropolitano de Arte (MET), de Nueva York, inauguró el pasado 23 de febrero la exposición Las colecciones del Vaticano: el papado y el arte, en la más importante exhibición del tesoro artístico de los museos vaticanos. La muestra incluye obras como el Apolo de Belvedere, el Descendimiento, de Caravaggio, y las Historias de San Nicolás, de Fra Angélico.
La colección que el MET ha conseguido traer a Nueva York consiste en 237 obras, procedentes no sólo de los museos vaticanos, sino también de la biblioteca apostólica, de la basílica de San Pedro, del Tesoro del Vaticano y de la residencia del Papa. La muestra abarca obras desde el período clásico antiguo y el egipcio hasta el siglo XX. Es la primera vez que la Iglesia cede una colección de esta magnitud para ser exhibida en el extranjero.
¿Por qué el Vaticano ha decidido mostrar sus obras de arte, celosamente guardadas durante siglos?, se preguntaba el diario The New York Times. "Existen dos explicaciones: por razones económicas y por razones pastorales". Los museos del Vaticano, como otros muchos museos alrededor del mundo, tienen dificultades financieras, y esta exhibición puede ser una buena oportunidad para generar algún ingreso y buscar nuevas donaciones. En cuanto a las razones pastorales, Carlo Pietrangeli, director general de los museos vaticanos, explica: "La aceptación a que esta muestra viaje a otros países refleja lo que pasa en la Iglesia de hoy. Antes, durante siglos, los papas y las obras de arte no habían salido de los muros de San Pedro; ahora, Juan Pablo II viaja, y las obras de arte del Vaticano tampoco deben tener fronteras".
Intención pastoral
Esta intención pastoral se refleja no sólo en el importante papel que se ha reservado la Iglesia en torno a la exhibición (todas las publicaciones, incluidos los informes a la Prensa, tienen que ser revisados por el Vaticano), sino en el propio carácter que se ha dado a la muestra, en la que, a través de grandes paneles, se explica, además de las características de la obra expuesta, la labor de protección y promoción del arte que realizaron los distintos papas en las diversas épocas.En cuanto a las razones económicas, se espera que el Vaticano pueda recaudar fondos en esta exhibición, que ostenta el récord de ser la más cara exposición itinerante montada jamás. El coste total es de ocho millones de dólares (más de mil millones de pesetas), desembolsados en su totalidad por los museos que participan en la muestra y diversas entidades privadas. El MET y los museos de Chicago y San Francisco han invertido un millón de dólares cada uno (393 millones de pesetas en total) en gastos de instalación y obras internas. El embalaje ha corrido también a cargo del MET, y el transporte, estimado en medio millón de dólares (65 millones de pesetas), fue donado por la compañía Pan America, que trasladó la obra en doce vuelos.
A esta lista hay que añadir la donación del MET, de 580.000 dólares (cerca de 76 millones de pesetas), al Museo Vaticano para la previa restauración de las obras expuestas, proceso al que han sido sometidas la mayoría de las piezas.
El Vaticano también recibirá el 10% de los derechos por la venta de la mercancía adicional a la muestra (tarjetas, catálogos, carteles, diapositivas, reproducciones escultóricas y joyería), con precios que van desde treinta centavos (cuarenta pesetas) hasta 500.000 dólares (65 millones de pesetas).
Tres años de negociaciones
La primera idea para la realización de esta exposición la tuvo el director del MET, Felipe de Montebello, en julio de 1979, cuando se anunció la visita de Juan Pablo II a Estados Unidos. Montebello le propuso el proyecto al arzobispo de Nueva York, cardenal Cooke, quien trasladó la petición al Papa. Finalmente, en el hecho de que el Vaticano aceptara, tras sus reiteradas negativas, a exhibir sus obras de arte fuera de su territorio influyó en gran medida el grupo Los Amigos del Arte Religioso Americano, creado para ayudar al Vaticano en la adquisición de obras de arte americanas durante la pasada década, y que cuenta entre sus miembros con poderosos e influyentes amigos en Roma. El presidente del grupo es el cardenal Cooke, y otro de los miembros relevantes es el cardenal Marcinkus, director del Banco Vaticano, envuelto recientemente en un escándalo financiero.Después de varias reuniones entre los representantes del MET y el Museo Vaticano, se llegó a la firma de un acuerdo, en noviembre de 1980. Las condiciones de la Iglesia fueron: no más de catorce meses de exhibición, no más de tres ciudades en la gira, y el MET debía seleccionar los nombres de los otros museos. El Vaticano se reservaba, por su parte, el derecho a supervisar todo, desde los planos de las instalaciones hasta los informes de Prensa o la elección de patrocinadores. La selección de la obra fue uno de los trabajos más arduos en las negociaciones, y el criterio que se siguió fue el de elegir obras no tanto por su calidad, sino por su posibilidad de ilustrar la etapa de la colección papal de la que el trabajo forma parte.
Cinco salas
Quizá debido a este criterio de selección, el público no encuentra muchas obras maestras en la exhibición. Situada en el segundo piso del museo, con una intalación en la que se han cuidado al máximo los volúmenes, colores y luces, obra del diseñador Stuart Silver, la muestra se reparte en cinco salas, que ofrecen distintos períodos de la historia de la Iglesia. Piezas destacables son el Apolo y el Torso, de Belvedere; el Descendimiento, de Caravaggio; dos paneles sobre la Historia de San Nicolás, de Fra Angélico; un tapiz basado en La pesca milagrosa, de Rafael; un mosaico de Giotto; San Jerónimo, de Leonardo da Vinci; las estatuas de Augusto de Prima Porta y del Buen Pastor; dos piezas etruscas: una, en bronce, representando un niño, y otra, en piedra; las cabezas de dos caballos y un collage de Henry Matisse.La exposición permanecerá en el MET hasta el 12 de junio. En Chicago se mostrará desde el 23 de julio hasta el 16 de octubre, y en San Francisco, desde el 19 de noviembre hasta el 19 de febrero.
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