Cartas al director

Encerrada en un psiquiátrico

Me comunico por la presente con usted y pretendo, a través del diario que usted dirige, hacer pública una situación anómala de este centro donde me encuentro interna contra mi voluntad y a petición de mi padre.Me encontraba en Cádiz cuando, por la fuerza, me llevaron a Huelva. Allí me tuvieron encerrada durante dos días, en los que me insultaron; cuando intenté llamar a la policía me golpearon en la cabeza y la cara, donde presento hematomas, disimulados por el maquillaje. Me partieron las gafas y me incitaron a que ingiriese Valium. Tras lo cual, me volvieron a golpear en todo el cuerpo; me t...

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Me comunico por la presente con usted y pretendo, a través del diario que usted dirige, hacer pública una situación anómala de este centro donde me encuentro interna contra mi voluntad y a petición de mi padre.Me encontraba en Cádiz cuando, por la fuerza, me llevaron a Huelva. Allí me tuvieron encerrada durante dos días, en los que me insultaron; cuando intenté llamar a la policía me golpearon en la cabeza y la cara, donde presento hematomas, disimulados por el maquillaje. Me partieron las gafas y me incitaron a que ingiriese Valium. Tras lo cual, me volvieron a golpear en todo el cuerpo; me trasladaron a la Casa de Socorro la tarde del sábado y, desde allí, a la residencia, donde me efectuaron un lavado de estómago y me colocaron dos sueros.

Con uno de eIlos me trasladaron al psiquiátrico, donde me encuentro y me considero secuestrada, por lo que siento menospreciados mis derechos constitucionales.

Sin haber diagnosticado ningún tipo de enfermedad se me está sometiendo a un tratamiento, al que me niego, y se me amenaza con inyectarme Oloperidol y Sinogan, fármacos fortísimos con los que anulan mi voluntad.

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Una compañera, disminuida mental, intentó ayer estrangularme; no me dejan dormir, gritos e incluso ayudar a reducir a una paciente en fase agresiva.

De madrugada me cambiaron de habitación, y el ATS de guardia pretendía que mostrase un seno para comprobar que soy una mujer.

Me tienen totalmente controlada; no me permiten circular por el recinto como los otros pacientes ni contactar telefónicamente con mi jefe, con el consiguiente perjuicio económico.

En mi ánimo está reclamar daños y perjuicios por estos dos días en que se me ha sometido y humillado, encerrado y torturado mentalmente. Pienso pedir responsabilidades a quien corresponda y que me indemnicen por lo que me considero perjudicada.

Contra mi familia, como es natural, no pretendo ejercer ninguna represalia legal; tan sólo quiero que me devuelvan a mis hijas, cuya custodia legal me fue confiada por un juez competente tras la separación legal. /

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